Línea dura del ELN dificulta diálogos de paz
INFORME ADVIERTE QUE AUMENTÓ LA RESISTENCIA.
La llamada ‘línea dura’ del ELN, reacia a una salida negociada al conflicto, se fortaleció tras la suspensión de las conversaciones con el Gobierno colombiano, aumentando el control de economías ilegales y consolidando la influencia de esa guerrilla en Venezuela, alertó ayer la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Ese fortalecimiento puede implicar un “debilitamiento de la línea política, que podría quedar supeditada a las dinámicas de las economías ilegales”, afirmó la FIP en el informe ‘Qué hacer con el ELN? Opciones para no cerrar la puerta a una salida negociada’,
Informe FIP en el que analiza los escenarios tras considerar que la derrota militar “no es una opción” y el diálogo es “improbable”.
Expansión y disputas
El informe calcula que solo en 2017 a esa guerrilla “se habrían vinculado cerca de 1.000 miembros y, según la más reciente estimación de la Fuerza Pública,
para 2018 contaba con más de 4.000 integrantes”, lo que convierte al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el mayor grupo armado ilegal de Colombia.
El ELN se ha expandido a regiones que durante décadas fueron dominadas por la hoy desmovilizada guerrilla de las FARC, como el noreste del departamento de Antioquia (noroeste), el Bajo Atrato en el Pacífico, y algunas zonas de Nariño (suroeste).
Qué hacer con el ELN
Espacios de las Farc
La FIP ve una coincidencia entre ese crecimiento del ELN y el proceso de desarme de las FARC por la negociación de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018).
La llegada de “esta guerrilla a zonas que eran de influencia ‘fariana’, le ha significado enfrentarse a disputas territoriales con otros grupos ilegales -como el Clan del Golfo-, que también llegaron a ocupar el espacio dejado por las FARC”, advierte.
Por eso, según la FIP, una ofensiva militar contra el ELN, sumada a los enfrentamientos con otros grupos armados ilegales, plantea un escenario de grave riesgo para la población civil, que sufre el desplazamiento y el reclutamiento forzado.
Sobre la presencia del ELN en Venezuela, el documento señala que la prolongación de la crisis en ese país ha favorecido al grupo guerrillero, posicionándolo como “un factor de desestabilización” y facilitando el reclutamiento de emigrantes de allá.