“Elemental, Watson”
Incendios forestales en los páramos de Sumapaz y Almorzadero, después en la Sierra Nevada; la tala invade a Tinigua, La Macarena, Los Picachos y otros dejando cantidad de hectáreas arrasadas.
Hay manos criminales que desean ampliar terrenos para sembrar monocultivos o introducir pastos, ya lo afirmó el director territorial de la Orinoquía en donde más de ocho mil hectáreas han sido arrasadas.
Como si no fuera suficiente, en el Oriente del país se quieren adueñar del páramo que suministra el agua a más de dos millones de habitantes de dos departamentos, Minesa convocó a 500 empresarios para hacerlos sus “socios” como si solo de pan viviera el hombre.
Estos territorios son parte del SINAP, es decir, del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas en donde se encuentran los 62 Parques Naturales Nacionales de Colombia, cuya función básica es nada menos que la conservación de la biodiversidad.
Estas áreas representan nuestro verdadero patrimonio natural, la heredad de todos los colombianos, esa riqueza de donde se desprenden esos servicios y alimentos que cada uno paga para obtenerlos en su justa necesidad.
No son solo las áreas protegidas, también la vida de sus guardianes la que está en peligro inminente.
No es difícil entender que la valía del agua y demás recursos naturales en relación a cualquier tipo de negocio no tiene comparación, el dinero compra alimentos y paga servicios, pero para que éstos dos existan se requiere de Natura, sin ella de nada sirve tener montañas de dinero.