Botero, el artista con 88 años de historia
EL PINTOR, ESCULTOR Y DIBUJANTE COLOMBIANO, FERNANDO BOTERO, LLEGA A SUS 88 AÑOS DEMOSTRANDO QUE LA REBELDÍA CON LA QUE TOMÓ EL PINCEL LO LLEVARON A SER GRANDE ENTRE LOS GRANDES. UNA MIRADA A SUS MÁS DE 70 AÑOS DE CARRERA ARTÍSTICA PROFESIONAL.
Fernando Botero pinta como si fuera a vivir para siempre. Lo dice de frente y lo demuestra con una dedicación obsesiva al arte, ya sea en sus talleres de Nueva York o Pietrasanta, París, la isla de Evia, en Grecia, en Mónaco, donde está pasando la cuarentena, o en su tierra antioqueña de Rionegro.
Lo cierto es que a sus 88 años, recién cumplidos el pasado domingo, Fernando Botero demuestra que pinta como si fuera a vivir para siempre, porque así será.
Su legado es imborrable: ha exhibido en las más importantes capitales del mundo, sus esculturas están en las ciudades más relevantes del planeta y su contribución a la pintura llega al punto de que su estilo se conoce aquí y en la China como ‘Boterismo’.
Nació el 19 de abril de 1932 en Medellín. A los 4 años falleció su padre y a los 12 se acercó al mundo de la tauromaquia, pero su vocación artística predominó. A los 16 empezó a trabajar en el periódico ‘El Colombiano’ como ilustrador de la edición dominical.
Para 1951, Botero realiza su primera exposición individual en la Galería Leo Matiz, de Bogotá con 19 años y tan solo un año después obtiene el segundo lugar en el Salón de Artistas Colombianos por su pintura ‘Frente al mar’, una obra poderosa que ya da muestras de sus temáticas y de su paleta de colores.
Con la vocación clara, viaja a Madrid (España), ese mismo año donde cursa estudios en la Academia de San Fernando y en la Academia de San Marcos, en Florencia. En 1953 se muda a París y pasa la mayoría de su tiempo en el Museo del Louvre, donde aprende de los grandes.
Con 24 años llega a vivir a Ciudad de México y un año después pinta una mandolina que se convierte en la génesis de su estilo volumétrico. Ese año pinta tres acuarelas con el mismo estilo, basadas en las ideas de Bernard Berenson. En 1957 presenta en Washington su primera exposición individual con rasgos expresionistas, figurativos y cubistas.
Profesor de pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional, ganador de innumerables premios y reconocimientos; Botero pinta bodegones, cuadros religiosos, temáticas taurinas, flores, frutas, retratos, temas políticos, imágenes costumbristas, entre muchas otras temáticas. Su producción se destaca por esas esculturas monumentales que copan los espacios públicos de las principales ciudades del mundo.
Y así lo ha logrado porque, como él mismo lo señala, ir contra el orden establecido y apostarle a la rebeldía lo convirtieron en el referente artístico mundial que es.
Sus figuras volumétricas, o gordos, son una ruptura en el arte convencional que han definido un estilo y han marcado una época. El uso del volumen representa también el espíritu expansivo de los antioqueños y de las familias grandes, como la suya, que se reúnen para departir y dialogar. Así, este hombre de inmenso corazón y dedicación, hoy, a sus 88 años, calcula en más de 3.000 pinturas y 300 esculturas sus obras realizadas que atraviesan todo tipo de fronteras y temáticas, eso sí, de forma crítica.