Sigue la ilusión por el retorno
VARADOS EN TAILANDIA Y TURQUÍA ESTÁN MÁS DE 100 COLOMBIANOS VARANTE LA IMPOSIBILIDAD DEL REGRESO DEBIDO A LOS ALTOS COSTOS DE LOS TIQUETE LOS VUELOS HUMANITARIOS. LA SOLIDARIDAD LES HA PERMITIDO A MUCHOS DE ELLOS RSAR.
En Turquía y Tailandia, varados más de 100 colombianos.
Luego de un largo vuelo de más de 72 horas, con escalas en ciudades de Australia, India y Alemania, Juan Acosta y Carolina Díaz forman parte del grupo de colombianos que regresaron ayer luego de una larga aventura que les deja profundas huellas.
Se trata de una historia agridulce, pues ellos dejaron atrás a cientos de colombianos varados en el sudeste asiático que no pudieron pagar US$2.800 para un puesto en el vuelo humanitario.
Juan y Carolina llegaron a Tailandia el 15 de marzo, tras una semana de visita a La India. Su viaje soñado incluyó visitas a Bangkok y Chiang Mai. Todo era perfecto hasta que se conoció que no podrían regresar, el aeropuerto de Bogotá fue cerrado como parte de las medidas de emergencia por el nuevo coronavirus. Ellos se quedaron en un hostal en Bangkok donde la solidaridad y amabilidad de la dueña, les hizo llevadera la incierta situación. “Hemos tenido todo el apoyo de ella, eso hizo que el tema del hospedaje fuera tranquilo porque la señora ha sido muy atenta y estuvo pendiente de que las cosas estén bien. Tailandia es una país económico y eso nos permitió alargar el dinero”, dijo Carolina.
Pero el 2 de abril el destino les puso otra prueba: un accidente de la moto en la que iban los dos le dejó una fractura en el codo derecho a Juan.
“Se sometió a una cirugía en el brazo derecho. Duramos una semana en la clínica. Ese fue el punto de quiebre de toda la historia, porque incurrimos en gastos extra que no teníamos contemplados. Hemos
contado con la ayuda de la señora de la casa y la Embajada, pero ya no había recursos”, dijo ella.
Una semana después del accidente, justo en medio de una sesión de terapias de Juan, tuvieron comunicación con la Cancillería y quedaron en la base de datos oficial. Ello les permitió recibir ayudas como un mercado, el pago de días hospedaje y estar informados.
“Una semana después nos volvieron a contactar y nos dijeron que se planeaba un vuelo de repatriación. Nosotros permanecíamos en el hostal de
la señora porque ella nos brindó las condiciones para la atención tras la cirugía de Juan. La Cancillería nos pagó cinco días de hostal y luego nos contaron del vuelo humanitario, sin aclarar los costos. A los dos días nos confirmaron que el precio estaría entre 2.800 y 3.000 dólares y ahí fue donde empezó un tira y afloje entre los colombianos varados con la Cancillería. Se complicó el ambiente y la gente creó grupos en redes sociales porque si no había plata para el hospedaje y la alimentación, mucho menos para un tiquete de US$3.000”, agregó.
Ese fue el momento en el que empezó una carrera para reunir los recursos: “Esto es una locura ha tocado correr contra el tiempo. Gracias a la ayuda de mucha gente pudimos reunir la plata para abordar ese vuelo. Nos reunieron en el hotel Justice de Bangkok a 20 colombianos, pero de este grupo solo podremos salir cuatro en el viaje”, aseguró Juan.
Toda una ironía que, sin embargo, no deja de alentar a Juan y Carolina por pedir ayuda para los demás varados que claman por su regreso a casa.