Fiscalía tiene investigación
La denuncia de la violación de una niña indígena por un grupo de soldados colombianos provocó ayer el repudio unánime de la sociedad a los agresores, en momentos en que la conducta de miembros del Ejército es cuestionada en diversos frentes.
La menor de 12 años, perteneciente al pueblo embera katío, supuestamente fue secuestrada y violada el lunes pasado en el caserío de Santa Cecilia en Risaralda por siete uniformados del Batallón San Mateo, según los detalles.
Fue la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) quien hizo pública la acusación en un comunicado en el que el gobernador del resguardo Gito Dokabu-embera katío, Juan de Dios Queragama, solicitó a las autoridades la entrega de los militares implicados a la justicia indígena.
“Esta no solo ha sido una agresión para nuestra niña y su dignidad como ser humano y como miembro de un pueblo ancestral,
La Fiscalía ya asumió la investigación y recopila información en la región donde habría ocurrido el crimen. ha sido una agresión para todo nuestro pueblo embera katío, y un acto que defrauda la confianza que hemos depositado en ellos como representantes del Estado”, expresó Queragama.
Ante la gravedad de la denuncia, el presidente colombiano, Iván Duque, aseguró que su Gobierno va a “enfrentar a los violadores y asesinos de niños en este país con toda la contundencia”, y agregó que si toca “inaugurar la cadena perpetua” aprobada la semana pasada en el Congreso con este caso, se hará.
No obstante, en este momento esa norma es inaplicable, porque es una reforma constitucional que requiere reglamentación.