A veces, un ‘no’ es ayuda
Saben que esta frase la escuché hace tiempo en boca de uno de mis mentores. Les confieso que al principio no la entendí, me parecía egoísta, poco empática.
Con el paso de los años y luego de experiencias, he comprendido el sentido de la enseñanza.
Estoy convencido que un no son necesarios en la vida de todos para poder crecer y tomar consciencia. La vida es maravillosa y cada ser requiere vivir y transitar por circunstancias que le van a permitir tener cimientos para trascender o coger callo para el futuro, como decía mi abuela María.
Algunas veces, es justamente tiempo y esfuerzo lo que necesitamos para evolucionar y crecer. En realidad, si la naturaleza nos permitiese vivir sin obstáculos, quedaríamos limitados en nuestro potencial. Nunca llegaríamos a desarrollar nuestra verdadera plenitud.
Si ayudamos a una mariposa a salir de su capullo, esta saldrá fácilmente con su cuerpo blanquecino y sus alas aplastadas. El problema es que eso que hicimos con buena intención habrá condenado a la mariposa a no volar y a morir en pocos minutos.
No comprendimos que el esfuerzo de aquel insecto para abrirse camino a través del capullo era vital y necesario, pues esa era la manera que la naturaleza había dispuesto para que la circulación de su cuerpo llegara a las alas y estuviera lista para volar. ¿Cuántas acciones de buenas intenciones han impedido el crecimiento de alguien cercano? ¿Cuántos padres hoy se arrepienten de no haber permitido que sus hijos tomaran sus propias decisiones, crecieran en las derrotas y buscaran resolver sus conflictos con sus herramientas?
Se empático, mántente cerca, pero deja que cada quien abra desde adentro su propio capullo.