Pasaporte Covid-19
Viene tomando fuerza la idea de pedir un certificado de vacunación para ingresar a bares y restaurantes, como una formula para garantizar seguridad y tranquilidad para quienes los visitan.
Pero hay que tener cuidado con este tipo de iniciativas, que no son otra cosa que el reflejo de una fracción de la sociedad cada vez más precavida y temerosa de futuros brotes, en un momento donde la estigmatización es un fenómeno que viene creciendo gracias a quienes aprovechan la histeria colectiva y el miedo. Hoy la evidencia científica ha demostrado la eficacia de las vacunas para mitigar el contagio y la posibilidad de terminar en una UCI. Pero, aún persisten dudas y temores por parte de personas que libremente decidieron no vacunarse por temor, ignorancia o porque deciden esperar que pase el tiempo para ver los efectos que pueden traer las vacunas.
Obligar a que la gente se vacune no es fácil, al igual que exigir certificados de vacunación para ingresar a lugares específicos pues se corre el riesgo de crear nuevas formas de segregación y discriminación en una sociedad frágil con altos niveles de desconfianza.
Ya de por si, quienes deciden no vacunarse no la tienen fácil para viajar al extranjero, donde ya varios países además del pasaporte y el visado, se exige certificado de vacunación para ingresar a su territorio, incluso hay países donde no aceptan todas las vacunas.
Estamos ante una realidad que puede afectar el comercio y el turismo con más controles tanto a los viajeros como al traslado de mercancías. Si la iniciativa progresa, al certificado de vacunación se sumaría la constancia médica de salud. Sin mencionar restricciones para los migrantes ilegales. Esta vigilancia intrusiva y la pérdida de privacidad justificada en el control epidemiológico pueden poner en riesgo las democracias y la libre determinación de las personas.