Haciendo la diferencia
Es importante explicarle a los pequeños por qué las verduras son buenas y los beneficios que aportan al organismo.
Se debe considerar incluirlas en platos que cotidianamente les gusten a los menores de edad. sustancias tóxicas. “El ser humano, en sus papilas gustativas, desarrolló la capacidad de detectar este sabor a fin de provocar un rechazo, ya que por supuesto, era muy peligroso ingerir alimentos tóxicos en grandes cantidades por nuestros antepasados, por lo que en cierta medida, estamos programados para que el sabor de algunas verduras sea desagradable”, resalta.
De manera complementaria, Adriana Cadena, médica nutricionista de la Clínica Reina Sofía, sostiene que otra de las razones por la que los pequeños rechazan las verduras es porque no se les crea el hábito de consumo frecuente. “Ocurre con frecuencia que cuando se empiezan a ofrecer, estas se les dan a los niños en forma de licuados o de cremas y, de esta manera, ellos no aprenden a distinguirlas ni a diferenciar su sabor, aroma, ni forma. Entonces, cuando crecen y se les ofrecen cocinadas y completas, los niños no están acostumbrados y no las reconocen, además no se familiarizan con el sabor y, por ello, las rechazan”.
¿Qué hacer?
Mónica Tierradentro, psicóloga, coach en medicina funcional y CEO de Be-Innergy, precisamente trae a mención algunos puntos que considera pertinente en relación a despertar el interés de los pequeños en estos alimentos como hacer las compras en el supermercado con los niños y ponerlos a elegir cuál comprar, o cuál se atreven a probar en la semana. También recomienda involucrarlos en la preparación, que participen activamente