UNA CRISIS REGIONAL
engullen a los caminantes. Juan (nombre ficticio para proteger su identidad, como el del resto de migrantes de este relato) llegó a Bajo Chiquito, al otro lado de la selva ya en territorio panameño, “hambriento, sediento, con los pies destrozados y la piel comida
Más de 18.000 migrantes llegaron a Panamá desde Colombia en julio, según MSF, la cifra más elevada en lo que va del año, superando los más de 11.000 de junio. La pandemia, las mafias y la dejadez del Estado han puesto a esta frontera ante una de las mayores crisis de la región. por insectos”, según relatan miembros de Médicos Sin Fronteras (MSF) que le atendieron. Este hombre salió de Cuba hace tres años para buscarse la vida en Brasil y Uruguay, y ahora, ante la necesidad económica, decidió enfrentar una ruta a la que se han arriesgado decenas de miles de personas, para recorrer Suramérica y Centroamérica rumbo a Estados Unidos y Canadá.
La mayoría de quienes cruzan lo hacen motivados por la falta de empleo y la necesidad de un futuro mejor. Así le pasó a Nadine, dominicana de 40 años que acaba de llegar a Bajo Chiquito desde Chile acompañada de su hija de 6 años. “Pensamos que cruzar el Darién serían cuatro días. Fueron once. Te quedas sin fuerzas, no puedes avanzar, ves cómo los ríos se llevan niños, familias, mucha gente muere”, contó. El número de familias completas, con niños, bebés y mujeres embarazadas, se ha disparado en cinco años, cargando pesadas mochilas, sin nada que comer.
Óscar, un colombiano que vivía en Bolivia, cuenta que vio un niño arrastrado por el río. “He visto muertos, ahogados, cuatro. He olido cadáveres en descomposición barranco abajo”, asegura.
Los testimonios de asaltos en el camino, de violaciones repetidas a mujeres, amenazas e incluso asesinatos son constantes, y fuentes de la zona denuncian que ante la llegada de más migrantes, han notado la presencia de personas ajenas y nuevos grupos criminales. “A mí me registraron y me tocaron; tenía la menstruación y me dejaron en paz. Fue todo muy agresivo, muy sucio. A una jovencita de unos 20 ó 25 años la violaron toda la noche”, relata Nadine.