Pieles y tatuajes

Los tatuajes no conocen de color, sexo, género, religión o pensamiento político. Son para todas aquellas personas que les guste y quieran hacer de sus cuerpos un óleo sobre el lienzo de mensajes y pensamientos.

Lo que sí resulta un poco menos 'democrático' es el tipo de piel en la que se vaya a plasmar algún diseño, debido a que hay algunas excepciones o cuidados para tener en cuenta a la hora de tatuar.

Por ejemplo, las personas afrodescendientes o de raza negra se debe tener un cuidado especial debido a que son pieles más sensibles y que tienden a lastimarse más, y por consiguiente a cicatrizar más grueso.

Otro de los grupos de personas que he atendido con mayor frecuencia es el de personas mayores de 60 años o adultos mayores.

Sí, parece algo loco, pero las hay y con muchas ganas de tatuarse diseños tanto grandes como pequeños.

Con esta población hay que tener en cuenta que sus pieles ya no tienen el mismo colágeno de una persona de 20 o 30, así que el grado de dificultad es más complejo.

Y si la piel está muy arrugada también hay dificultades porque el poro tiende a lastimarse más.

Sea la persona que sea, dentro del ‘paquete de consultas' que por lo general se le hacen a al tatuador o la tatuadora, incluya todo aquello que haga referencia a su tipo de piel y cuidados adicionales. Puede parecer algo escuelero, pero es mejor ir con seguridad y tranquilidad.

Además del entusiasmo y la convicción de realizarse un tatuaje, tenga en cuenta si la piel no tiene ningún inconveniente y sobre todo, siga las recomendaciones de la persona que lo o la tatuó. Mucho juicio.