No hay ambiente
El impacto que está teniendo y podría tener la cancelación del Jamming de Ibagué en la industria de la música en vivo en Colombia es tan insospechado como dramático. Los conciertos que vienen arrastrando una pesada cruz desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020 ahora están en una terrible encrucijada por una inusitada ola de crisis de confianza entre los fans, los medios y los propios promotores, originadas por el descalabro del festival. Si no hay confianza en el mercado todos los sueños se vienen a tierra. El 2022 parecía ser el símbolo de la reactivación para el negocio de la música en vivo en nuestro país y nuestra ciudad, pero el Jamming lo está estropeando. Las autoridades deben aclarar pronto las verdaderas causas de un evento que ha puesto en jaque a una industria que lleva dos años esperando surgir de sus propias cenizas.
La Feria de Cali demostró que la gente está ansiosa por volver a los shows. En diciembre les fue bien relativamente a todos con espectaculares ‘sold outs' y acto seguido los felices empresarios rápidamente hicieron planes para una gran temporada 2022. Cali no aguantaría una cancelación. Unidos los empresarios y promotores en busca de estrategias de programación de sus propios shows y tours para que no se crucen podría ser una formula adicional para que el negocio de la música en vivo en Cali no vaya a tener un tropiezo.
El Jamming nos esta ‘jodiendo' a todos, así que no hay otra salida que devolver la confianza al mercado.
La pérdida de confianza aleja a los inversionistas y conduce al fracaso.