‘La oportunidad de impactar en la vida de muchos niños’
UNA PSICÓLOGA Y EDUCADORA CARTAGENERA QUE LES CAMBIA LA VIDA A NIÑAS Y NIÑOS.
Alexandra Falla Mc Master es una cartagenera que representa todo el sabor y el desparpajo de su región. Así lo ha llevado a las aulas de la escuela primaria de New Hope, en Carolina del Norte, donde con la implementación de un nuevo programa de ‘Dual language' se ha convertido en la profesora que niños de diversos orígenes no pueden olvidar, pues ella se ha encargado de hacerles entender que la multiculturalidad en un mundo interconectado, como el de hoy, es un poder con el que se abrirán más puertas.
Ella lo tiene claro, y junto a una bandera de Colombia de fondo con recortes de fotos de sitios inolvidables, playas, platos que dan cuenta de una rica gastronomía y diversas muestras culturales, ella les muestra a sus estudiantes que esas vivencias y el entorno donde uno creció les da un carácter, pero los define más entender que todos venimos de partes diversas.
Niños de segundo grado provenientes de Japón, Honduras, República Dominicana, México, Colombia, Puerto Rico e India, se unen a los de EE. UU. en la misma aula. Más allá de aprender matemáticas, español e historia, este grupo de niñas y niños hace el ejercicio diario de entender que son ciudadanos del mundo y que ello incluye, comprender las vivencias y la cultura que puede ser muy diferente a la de ellos, pero eso es apenas un elemento más de la aventura de ser habitante de La Tierra. Tomar la decisión de unirse al programa de intercambio de Participate Learning no fue fácil, pues tenía que trasladarse con su hija adolescente y su esposo que, sin embargo, terminaron por facilitar la decisión. “La verdad fue la primera que dijo nos vamos. Ha sido una manera muy bonita de hacer una reflexión de lo que tenemos en mi país, de lo que tenemos aquí, de lo que podemos llevarnos y de los que podemos vivir acá. Es una reflexión diaria”, dijo.
Ser docente ha sido otro de los valores que más satisfacciones le ha brindado en esta experiencia de intercambio. “Acá a uno le abren las puertas de todo. El simple hecho de decir no soy de acá, hace que te vean con tu diversidad cultural. Llegué a una escuela que me ha brindado todo el apoyo, además, tengo la fortaleza de tener el respaldo a las ‘locuras' que tengo por estar en un programa nuevo, debo explicar el por qué y para qué funciona y tengo vía libre. Este es un programa nuevo y ha tenido mucha receptividad. Todos nos beneficiamos”, asegura sobre su experiencia en la escuela primaria.
Alexandra está a un poco más de un año de terminar su misión en EE. UU. Ella sabe que tiene mucho para llevar de vuelta a Colombia. A sus más de 23 años de experiencia en la psicología y la docencia, suma elementos que podrá aplicar en las aulas en Colombia.
“El eje principal en el salón es el bienestar emocional de mis niños. En la medida que ellos estén bien, lo demás va floreciendo. En el sector público de acá se mantienen muchos apoyos. Si bien hay limitaciones, ellos cuentan con el apoyo. Lo que me llevo es que acá es que sí se vive en una cultura diversa. La diversidad cultural es grandísima, solo en mi salón tengo niños de 7 nacionalidades diferentes. Tengo un mundo en mi salón. El haber estado acá me abre un mundo de posibilidades para ayudar a proyectar a los niños, con recursos no solo monetarios, sino humanos o de tiempo”, aseguró.
Sin embargo, le sigue doliendo la falta de apoyo para los colegios del sector público. “Es triste ver cómo al
gunos subsidios nunca llegan y salen adelante con las uñas. Estoy en un distrito que le apuesta a la tecnología, al apoyo socioemocional, a la nutrición, a que su equipo docente esté bien. Pese a estar en una escuela pública, siento gran respaldo. En mi país no lo veo”, lamentó.
Sin embargo, ella sabe que en sus manos tiene una gran herramienta: la educación, para cambiar entornos y vidas y ayudar a construir mejores mundos. “Para ser educador debes querer y creer en lo que haces. Esa pasión se transmite en el aula. Sin ello es muy difícil tener una educación de calidad. Una cosa es la educación por sí sola, lo que te dice el manual, y otra es salir de ello, como sucedió en pandemia. En esos contextos uno se dio cuenta de quiénes estábamos hechos para ser educadores. Nos dimos cuenta de que hay que creer en uno, estar convencido. La educación es la base de todo. Es aprender, socializar, compartir, enriquecerme, que soy estudiante con ellos. Las teorías hablan de que los niños son grandes maestros y es cierto”, expresó.
Ella está segura de que será recordada por sus estudiantes como alguien que les dio el espacio suficiente para aprender a su ritmo y que “les brindó un espacio para ser ellos mismos. Muchas veces queremos que salgan acartonados y cada uno es diferente. Como esa profesora que vino a enseñarles algo diferente, de su país, como aquella que les enseño a ser personas”.
De lo que sí está segura es que la riqueza de su país significa más que la variedad de culturas, personas, de frutas o de sus paisajes.
*Por invitación de Participate Learning.
‘HA SIDO UNA MANERA MUY BONITA DE
HACER UNA REFLEXIÓN
DE LO QUE TENEMOS EN MI PAÍS Y LO QUE TENEMOS AQUÍ’
Alexandra Falla
Docente y psicóloga.