Sueño y tecnología: una alianza por salud
LAS EMPRESAS TECNOLÓGICAS SE PREOCUPAN POR SU CALIDAD.
● Para algunos se trata de ‘sleep tech’ para otros de la obsesión por un sueño perfecto y reparador.
Lo cierto es que las empresas tecnológicas encontraron en esa preocupación una especie de mina para sus propuestas.
Así se reflejó en la feria mundial de consumidores de tecnología, IFA 2018, que presentó desde aparatos antirronquidos a aplicaciones de medición. Algunos de los aparatos dan consejos.
Para los que no tienen problemas de salud, pero son curiosos y quieren conocer la calidad de su sueño, están los ‘wearables’, unos aparatos conectados que se usan como reloj o pulsera de actividad a los que se integró una función que permite medir sus ciclos y despertarse en el momento en que el algoritmo lo estima óptimo.
Otra novedad son los dispositivos antirronquidos. La empresa QuietOn, de dos ex miembros de Nokia, presentan unos pequeños auriculares que detectan los ronquidos del ambiente y difunden en su lugar ruidos que tranquilizan. Esto funciona también para los ruidos de la calle.
Para crear buenas condiciones a la hora de despertar, algunos se aventuran en la luminoterapia, generalmente integrado a un despertar matutino, que difunde una luz blanca y reposiciona los ciclos de sueño a los del sol.
Un tanto futurista, Philips está por comercializar el SmartSleep, una cinta que rodea el cráneo y cobre las orejas, sobre las cuales emite un sonido si-
milar a la estática que se escucha en un televisor cuando no hay señal, lo que se supone hace el sueño más profundo. Hay captores en la parte frontal. Una aplicación que controla el dispositivo recoge los datos del que duerme y da consejos para mejorar sus ciclos de sueño.
Sin embargo, los profesionales son escépticos.
“Los que no están satisfechos con su sueño, que tie-
nen trastornos o sufren de cansancio o somnolencia deben discutir esos temas con un profesional, sin importar lo que digan sus dispositivos conectados”, alertó en mayo Ilene Rosen, presidenta de la Asociación estadounidense de medicina del sueño.
Esta obsesión por un sueño perfecto tiene un nombre: “ortosomnía”, que aún no está catalogada como un trastorno médico.