LOS DATOS
La comunidad está asentada a hora y media por tierra desde Quibdó y tiene unas 300 personas.
mos conflicto armado, solo somos personas débiles", señala la gobernadora de la Comunidad del 20, Maribel Velásquez, un puesto que a sus 28 años le "encanta" ejercer y para el que ha contado con el apoyo de sus compañeros, y también de su marido.
Pero a todo ello se unen los caprichos de la "madre ● EN JUNIO DEL ● POR EL HECHO, naturaleza", que los obligó a ubicarse a 2 kilómetros de sus casas, el 9 de junio del 2016 por un derrumbe.
Hoy están en pleno proceso de reubicación tratando de superar también el mal que nunca les abandonó: la dificultad de acceder a la salud y a otras necesidades básicas que aqueja a las comunidades del Chocó.
Aunque la del 20 y otras cercanas lo tienen algo más fácil gracias a la Diócesis de Quibdó, que ha creado, con la ayuda de Manos Unidas, una Institución Prestadora del Servicio de Salud (IPS) que atiende a la población indígena. Plinio Mecha es el gerente de la IPS Erchichi Jai, que abrió sus puertas el año pasado; allí, los indígenas son atendidos en su lengua.
Además de su sede física, este centro realiza "brigadas extramurales" para asistir a las comunidades indígenas más remotas, ya que algunas "tienen cuatro o cinco horas" de camino en mitad de la selva para llegar a la IPS.