Idiomas van con ‘pola’
En bares de Medellín hay ‘inmersiones’ nocturnas para aprender español e inglés.
● En tres mesas alargadas con muchos puestos se empiezan a sentar los comensales. Algunos ya son caras conocidas porque han hecho de esta actividad una rutina de cada ocho días. Otros entran con dudas, pero son recibidos por el host ( anfitrión) quién les indica dónde pueden sentarse.
Otros más son extranjeros y han escuchado que en ese bar, Barrio Central, tal y como en otros espacios de la ciudad, se brinda la oportunidad de aprender español o inglés de una manera efectiva: hablándolos.
En papeles blancos adhesivos cada asistente escribe su nombre con marcador negro y se lo pega en el pecho. Una vez todos están ubicados, comienza la actividad que, aunque puede variar, en este caso se trata de un cuestionario con 25 preguntas. A esta rutina que se hace desde octubre pasado asisten cerca de 40 personas cada ocho días.
Quien dirige habla todo el tiempo en inglés, y cada quien acompaña esa voz con lo que quiere: una cerveza, una gaseosa o algo más fuerte.
Sentados frente a frente en parejas, la idea es turnarse el cuestionario, de modo que se haga una parte en español (para los extranjeros presentes) y la otra en inglés (para los locales o foráneos de otras ciudades, departamentos o países de habla hispana).
Una misma fila rota a la derecha para que cada vez te toque con una persona diferente. hay voces, acentos y tonalidades diversas.
Las preguntas icebreaker (para romper el hielo) suscitan conversación entre las parejas que van rotando al ritmo que los conductores de la actividad marquen, además de la música de fondo.
Acompañada de su pequeña hija, Johana Ossa participa de la actividad porque está convencida de que el idioma tiene que hacer parte cada vez más de su cotidianidad. “Tú el inglés lo tienes que hacer parte de tu vida para recordarlo. Actividades como la de hoy, de disfrutar un café o una cerveza y compartir con otras personas, te van a hacer recordar palabras, te van a inducir más al idioma”, dice la estudiante de inglés.
Su hija de ocho años también estudia inglés en una universidad de la ciudad, pero, según ella, es fundamental que la pequeña tenga experiencias como ir al zoológico o hacer el Grafitour de la comuna 13 totalmente en inglés, para que cada vez más introyecte el idioma.
¿La clave? Dejar de pensar en español y traducirlo en tu mente para hablar con otra persona, pues este proceso es mucho más extenso para el cerebro.
Diego Duque, fundador del programa educativo Keep Talking y organizador de este evento, dice que uno de los puntos más importantes es cambiar el chip sobre el inglés. “Para los estudiantes, es fundamental sacar el idioma del salón, dejar de pensar en el docente y la nota, y usar el idioma como lo que es: una herramienta para comunicarnos”, explica. Tras la actividad, muchos se quedan socializando.