En su propia alma
En 1932 se publica la novela de Eduardo Zalamea Borda ‘Cuatro años a bordo de mí mismo’, que gira entorno a la vida, la muerte y las pasiones que las alimentan. Una obra introspectiva en la que el narrador recorre el lugar que podría ser el más apartado para cualquier ser humano: su propia alma.
El protagonista, un hombre del interior, arriba a Barranquilla con el fin de embarcarse hacia La Guajira, donde no sabe si logrará realizar sus fantasías. Pero la realidad superará cualquier paisaje imaginario que se haya forjado, empezando por el mar, siempre cambiante y misterioso.
Cuando llega se da cuenta de que para ese mundo nada lo había preparado. Los personajes con los que se encuentra, gentes de todas las procedencias, combinan sus costumbres con las de los indios en un ambiente que incluye casi siempre la violencia. Personajes que no pueden escapar a la hostilidad de la tierra y el mar, ni a esos indios que aparecen en segundo plano pero cuya presencia es permanente.
En las páginas de esta novela, donde la poesía se manifiesta en cada párrafo, Zalamea describe gentes, paisajes, situaciones y unos sentimientos que están más cerca de lo primitivo que de las convicciones morales con las que llegan todos a aquella tierra, donde hombres y mujeres están dominados por el deseo que se revela de múltiples maneras.