Presupuesto de Medellín es analizado
La Veeduría Ciudadana cuestiona la manera en cómo se gestionan recursos.
Es la última fase del proyecto de acuerdo 216 de 2019, por medio del cual se determinará el presupuesto que tendrá Medellín para el año 2020; y hay dos temas en los que poner el ojo: la tendencia que ha tenido el presupuesto de la ciudad y lo que planea hacer el alcalde entrante.
De acuerdo con el proyecto de acuerdo, el presupuesto sería unos 5,6 billones de pesos, que se distribuirían en diferentes rubros, programas y proyectos. Este se discutiría en conjunto en la Comisión Primera y Segunda del Concejo de Medellín el 22 de noviembre, y luego el 29 del mismo mes se debatirá en plenaria.
La Veeduría ciudadana al Plan de Desarrollo de Medellín explicó a este medio que hay algo fundamental y que ha sido la tendencia en los últimos años ( desde 2012): la capital antioqueña tiene problemas de proyección de los ingresos.
Por ejemplo, en 2018 se hizo un presupuesto inicial de 5,4 billones de pesos, un presupuesto definitivo (que es el que tiene ajustes en el transcurso del año) de 6,4 billones y el presupuesto final de 6,7 billones (que es realmente lo que ingresó).
Carlos Julio Díaz Lotero, vocero de la Veeduría, detalló que con el gasto ocurre lo contrario, puesto que normalmente el presupuesto de gastos es siempre más alto que el definitivo y el ejecutado, muchas veces es menor. Así, en el 2017 se dio de esta forma: el presupuesto de ingresos inicial fue de 5,3 billones, el presupuesto definitivo 6,3 billones, pero el ejecutado fue 5,6.
En plata blanca, esto quiere decir que: “Tenemos un problema, que los ingresos siempre son mayores a lo que se presupuesta, tanto el inicial como el definitivo, y los gastos inferiores al presupuesto”, sostuvo Díaz Lotero. Ello significó que en 2018, Medellín, tuvo un superávit (cantidad en que los ingresos superan a los gastos) presupuestal de más de 1 billón de pesos. Las consecuencias de ello es que, según Díaz, “demuestra que tenemos dificultades en la capacidad de ejecución de las diferentes secretarías”. Para el año entrante, el presupuesto aumentó en un 7,8 por ciento, mientras que la inversión solo el 4.
Además, no es claro el tema de las transferencias de EPM al municipio. “No hay un manejo muy claro en el componente de inversión.
En 2018 tuvimos retroceso en indicadores como la desigualdad, la pobreza, el desempleo, entonces hay problemas en el impacto del gasto social”, dijo Díaz.
Luis Felipe Jaramillo, Jefe de programa de Negocios Internacionales de la Universidad de Medellín, cuestionó que “¿Tenemos en Medellín para el año entrante un crecimiento de la actividad económica del 7,8 por ciento que ayude a que crezca en igual medida ese presupuesto? La totalidad no se puede explicar por ese crecimiento, pero sí una parte muy importante del recaudo del municipio”.