La revolución
Tener un buen carro es un símbolo de prosperidad y éxito. No importa si uno vive en malas condiciones, en cambio el carro lo ve todo el mundo.
Pero el costo de tener ese preciado objeto son deudas, impuestos y una gran renta en combustible. Nos convertimos en esclavos de una cosa.
La principal función de un automóvil debería ser movilizarnos de forma cómoda y rápida. Todo lo demás es accesorio. Sin embargo, en ciudades como esta, es muy difícil movilizarnos ágilmente y debemos pasar eternidades en nuestros carros haciendo que nuestros trayectos sean un martirio.
Si cambiamos las dinámicas del transporte de las personas haremos una revolución.
Una revolución es un cambio brusco y radical de una sociedad. Eso es lo que necesitamos hacer y la bicicleta es la herramienta perfecta.
La bici es una máquina de la revolución, pues va en contra de muchas cosas que nos oprimen como sociedad y no la dejan avanzar.
¿Por qué creen que no han solucionado el problema de los robos? No hay mejor infraestructura, no hay sistema de bicicletas públicas, no hay apoyos porque no les conviene a los que están en el poder.
Si nos movilizamos en bicicleta, no gastaríamos en gasolina, nos enfermaríamos menos, utilizaríamos menos transporte público y compraríamos menos carros. Los combustibles, la salud y el transporte público son negocios de pocos en Colombia.
La revolución viene del pueblo. El cambio está en nuestras manos, o mejor, en nuestras piernas.