Sicarios
No sé qué es más grave: si el rechazo del presidente Duque a las recomendaciones del informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el Paro Nacional, o la presunta participación de, por lo menos, diecisiete ex militares colombianos en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse.
El hecho es que las pésimas condiciones de nuestra democracia ahora salpican el contexto internacional. La actitud de Duque perturba a la Organización de Estados Americanos (OEA). Un sistema de protección de derechos en cuya construcción y creación (en 1948) Colombia ha participado y del que hace parte la CIDH. Eso, en argot popular se llama 'patear la lonchera'.
Por otra parte, si se confirma la participación de exmilitares colombianos en el crimen contra el presidente de Haití, le va a quedar muy difícil al Gobierno argüir que es un caso aislado e insignificante de corrupción castrense. Más bien parece un negocio de sicarios entrenados en el Ejército. Esta vergüenza no va a ser investigada por la Fiscalía, que ha demostrado nula independencia frente al ejecutivo, pese a que podría conducir a un juicio en la Corte Penal Internacional de La Haya (Países Bajos). Pero, ¿Quién baja de su arrogancia a los mandatarios de esta republiqueta?
Adenda: el pueblo cubano se cansó de la opresión y está protestando en las calles. ¿La reacción del régimen 'socialista'? La misma que en estos ámbitos neoliberales: dispararles a los manifestantes… ¡Qué horror! puro autoritarismo de lado y lado.