Verduras y niños, la dupla perfecta
SE RECOMIENDA NO OFRECER LOS ALIMENTOS ESCONDIDOS O DISFRAZADOS.
Una de las tareas que se torna algo difícil cuando se es padre o madre, sobre todo en los primeros años de los pequeños, es el tema de lograr que estos consuman con agrado y sin reproches, la cantidad óptima de ensaladas y verduras necesarias para su nutrición y bienestar.
Y es que se hace muy común que gran parte de los infantes tengan un rechazo casi generalizado hacia estos alimentos, aquí la sorpresa sería que por naturaleza disfrutaran de ellos.
De acuerdo con Daniela Ovallos, máster en Nutrición Clínica y directora científica de la aplicación de nutrición Trepsi, este es un rechazo que generalmente se atribuye a que los vegetales suelen tener un sabor ligeramente amargo al igual que diversas sustancias tóxicas. “El ser humano, en sus papilas gustativas, desarrolló la capacidad de detectar este sabor a fin de provocar un rechazo, ya que por supuesto, era muy peligroso ingerir alimentos tóxicos en grandes cantidades por nuestros antepasados, por lo que en cierta medida, estamos programados para que el sabor de algunas verduras sea desagradable”, resalta.
De manera complementaria, Adriana Cadena, médica nutricionista de la Clínica Reina Sofía, sostiene que otra de las razones por la que los pequeños rechazan las verduras es porque no se les crea el hábito de consumo frecuente. “Ocurre con frecuencia que cuando se empiezan a ofrecer, estas se les dan a los niños en forma de licuados o de cremas y, de esta manera, ellos no aprenden a distinguirlas ni a diferenciar su sabor, aroma, ni forma. Entonces, cuando crecen y se les ofrecen cocinadas y completas, los niños no están acostumbrados y no las reconocen, además no se familiarizan con el sabor y, por ello, las rechazan”.
¿Qué hacer?
Mónica Tierradentro, psicóloga, coach en medicina funcional y CEO de Be-Innergy, precisamente trae a mención algunos puntos que considera pertinente en relación a despertar el interés de los pequeños en estos alimentos como hacer las compras en el supermercado con los niños y ponerlos a elegir cuál comprar, o cuál se atreven a probar en la semana. También recomienda involucrarlos en la preparación, que participen activamente