Mujeres con pantalones
Un giro en la vida. Un giro que le permita a quien lo da replantearse la existencia, volver a creer en sus propias posibilidades y, sobre todo, empoderarse para tomar el control. Esto tiene mucho que ver con la toma de una decisión: independizarse, tener un hijo, casarse o divorciarse, tener un nuevo empleo, emprender un negocio. Mirémoslo desde donde lo miremos, ese empoderamiento puede ser el salvavidas definitivo para –¿por qué no?– iniciar un nuevo camino. Sin embargo, ¡cómo nos cuesta a veces tomar esas decisiones y volver a arrancar! Muchas veces somos prisioneras del miedo. De niñas, nadie nos dijo que en esta vida se puede volver a comenzar cuantas veces sea necesario, que hacerlo no es de cobardes, es más bien la boleta de salida de las guerreras. No, definitivamente nadie nos explicó que no se trata de escapar, de abandonar; se trata de reconocer que si algo no te hace completamente feliz (esto funciona en cualquier faceta de la vida: trabajo, amor, pareja, casa, etc.), entonces no es para ti y debes tener la valentía de aceptarlo y comenzar a construir una nueva historia. Precisamente, a esas valientes que son capaces de intentar e intentar sin rendirse es a las que les dedicamos esta nueva edición de #RevistaAló.
Con este planteamiento les presentamos la segunda edición de nuestro rediseño con la bellísima presentadora vallecaucana Carolina Cruz en portada. Ella es una mujer trabajadora, dedicada, organizada, con corazón de oro y amiga entrañable de esta casa, quien con empeño ha sacado adelante su empresa de belleza y de accesorios, iniciativa que también ayuda a otras féminas a conocer sus posibilidades, a materializar una idea de negocio y que apoya a las madres cabeza de hogar. Linda como siempre, Carito posa luego de un año y un mes de dar a luz a su precioso Matías Palomeque y, en medio de una charla muy sincera, nos revela que el secreto del éxito es “siempre poner lo mejor de ti, tu salud, tu capacidad, tu fuerza, tu energía. Nada de lo que tienes en el clóset es necesario para emprender”.
¡Y es verdad! A la mujer empoderada no le gusta hablar de sacrificios, le gusta hablar de congruencia y de decisiones. Debemos empezar a disponer con libertad lo que queremos y ser las mejores en lo que resolvamos ser. Sin embargo, es en nosotras mismas donde a veces anidan los prejuicios. Por eso llegó la hora de cuidarnos de nuestro propio machismo inconsciente, de la autodiscriminación, y de definir hoy mismo nuestros propósitos y empezar a trabajar para cumplirlos, algo que requiere esfuerzo y trabajo, ponernos los pantalones y empezar a materializar todo lo que nos propongamos. Poco o mucho, ¡sí, se puede!