Alo (Colombia)

“Ser mamá: mi más legítimo escenario”

Catalogada Como la influenCia­dora maternal número uno en Colombia, la bogotana nos revela los momentos más CompliCado­s de su segundo embarazo, sus proyeCtos, sus sueños y desafíos Como madre, esposa y emprendedo­ra.

- Producción y styling: Catalina Ramírez M. Maquillaje y peinado: Alejandro Romero Crop top negro, de Blauet Legging negro, de Ilitia by Ser Mamá

{H}Hay algo salvaje, como decía Ju- lia Kristeva, en el acto de parir, algo que enfrenta a la mujer a una verdad que escapa al len- guaje porque el cuerpo entra en una zona incontrola­ble. Pero la maternidad no es solo natura- leza en un mundo plagado de quejas. Es también la felicidad máxima para muchas, entre ellas María Clara Rodríguez (30), quien ha experiment­ado la verdadera felicidad gracias al arribo de sus hijos Matilde (2), Luciano y Lorenzo (de 7 meses y en su panza). Su vida parece capturada por tres seres que le cambiaron su alma.

Sin embargo, para ella la ma- ternidad no es idílica, va acom- pañada de la certeza de que 'maternar' no tiene que com- prenderse únicamente como una tarea individual. Junto a su esposo, Santiago González, se animaron a vivir este camino juntos, pues María Clara ase- gura que se trata de una etapa agridulce donde la mujer logra conocer sus más bellos sentimient­os y sus más oscuras pasiones.

No hay reproche en las palabras de la politóloga bogotana, pero sí ese cuestio- namiento real que el humor increpa en la piel de una mujer que sabe darle di- namismo y empatía a su epopeya. El Ser

mamá también trajo consigo su empren- dimiento y su debut como influencia­dora maternal, que hoy la posicionan como la número uno del país.

¿Qué le ha ayudado a convertise en un referente para las madres colombiana­s? Siente el placer de comprobar que pue- de alimentar a su hijo y tenerlo contra su pecho, pero también confiesa que no es una tarea sencilla y sin miedo revela que se interesa en recuperar su cuerpo. Esa sinceridad y el mostrarse tal cual es le han ayudado a que la carga no sea tan inmensa y a po- der disfrutar y amar. Lo cuenta con la comicidad que implica la fatiga de saberse responsabl­e de traer una, más bien dos vidas a este mundo, gracias a la llegada de sus mellizos. ¿Cómo vivencias este mes y medio previo a tener a tus dos bebés en brazos?

Es una mezcla de sentimien- tos; es difícil describir lo que uno puede llegar a sentir. En este punto es la mezcla mayor de miedo, de angustia, de saber si voy a ser capaz con dos bebés al tiempo... Es demasiado, pero es lo que siempre había anhela- do y soñado.

¿Cómo describes esta expe- rienciadeu­nembarazom­últiple?

Luciano y Lorenzo son un milagro. En mi familia y en la de Santi no hay historial de mellizos. Es un sueño porque toda mi vida, desde que tengo uso de razón, ha- bía querido gemelos, y cuando Dios me los mandó entendí que la vida es mágica. ¿Cómo recuerdas esos días tan difíciles en los que estuviste a punto de perder a los bebés?

Cuando recibo la noticia de que estoy embarazada empieza mi calvario porque después de esa buena nueva tan feliz, vie- ne la parte dura de que se vieran dos sa- quitos gestaciona­les pero no hubiera bebé en ninguno. Me decían: ‘Hay bebé, pero no embrión. Sí se trata de un embarazo, pero puede que no se desarrolle’. Yo ya tenía como ocho semanas de gestación y me la pasaba en citas cada tercer día, cada cinco, cada ocho días, en donde a veces me decían que sí se iban a salvar, después que no, que podían morirse.

¿Cuánto tiempo duró este sufrimient­o?

Estando en cama y sangrando solo me preguntaba: '¿Por qué me dan algo que yo siempre he querido y ahora se me va a ir? No es justo. No puede estar pasaNdo esto'”.

Fue un lapso como de tres meses. Un día se vieron los em- brioncitos, pero no se les sentía el corazón, entonces me dijeron: ‘Puede que esto no vaya para ningún lado’, y en la siguiente cita: ‘Ya uno tiene corazón, pero el otro no, está muy chiquito, no va a vivir'… Nunca en mi vida había orado tanto ni me había apegado tanto a la Virgencita para pedirle que por favor me dejara a mis dos bebés.

¿Cuándo empezó a norma- lizarse la situación?

La única forma fue pegarme a la oración. En esos tres meses estuve en reposo absoluto en mi cama, no me podía parar porque sangraba todo el día, esto sumado a que tengo una bebé de dos años que exigía todo de mí. Ya en la semana 12 los dos bebés arrancaron mi- lagrosamen­te. Mi mismo mé- dico me dijo que era increíble, un milagro, y vamos muy bien. ¿Qué te ayudó a salir adelante?

Contagiarm­e de la fuerza de Santiago, mi esposo, me sacó del hueco en el que estaba cuan- do casi pierdo a mis mellizos, y el dejarlo todo en manos de Dios. Fue como si me hubiera quitado un peso impresiona­n- te, y a la semana todo mejoró y mis bebés se sanaron. ¿Esta vez también estás sor- teando tu tema inmunológi­co como te ocurrió en el embara- zo de Matilde?

Sí; tengo un síndrome antifosfol­ípido, así se llama mi enfermedad inmune que se dispara cuando quedo embarazada. Mis anticuerpo­s se enloquecen y em- piezan a rechazar la placenta, enton- ces me toca anticoagul­arme con una inyección diaria para permitir que la placenta esté sana y los bebés puedan alimentars­e y crecer. ¿Luego de haber tenido un parto tan complicado con Matilde, sientes algo de miedo con este que se avecina?

Con Mati me dio un acretismo pla- centario, una condición rarísima, don- de la placenta se pega al útero y cuando la van a sacar uno se empieza a desan- grar porque la placenta está pegada por vasitos sanguíneos, y me tuvieron que hacer una transfusió­n de sangre. En este parto tengo doble riesgo porque son dos placentas, pero gracias a Dios ninguna se adhirió, entonces vivo en exámenes, pero estamos más prepara- dos y confiando en que todo va a estar bien. Dios sabe que tengo una chiqui- ta que me está esperando en la casa y que confiando en Él, allá voy a llegar con Luciano y Lorenzo. El acompañami­ento de Santiago como pareja ha sido clave.

Alguna vez le escuché a monseñor Fabio Suescún decir que los hijos o des- unen o unen a una pareja, y para noso- tros han sido fortalecim­iento. En medio de todas estas pruebas, no existe una persona mejor con la que pudiera estar. No solo aguanta mis hormonas, que han sido por dos en esta oportunida­d, sino que se ha empoderado y responsabi­liza- do de Matilde, porque obviamente con este embarazo de alto riesgo no pue- do estar mucho tiempo con ella alzada.

Cuando miras hacia atrás, ¿te hubieras imaginado que el ser mamá te cambiaría tanto la vida?

De hecho, todavía me río a veces porque digo: '¿cómo es po- sible que la vida de uno cambie tanto y para bien?' No ha habi- do un solo día en el que yo haya dicho 'hoy no fui feliz'. Pero una cosa es la felicidad y otra es el sentirte libre y joven, que era lo que yo buscaba antes, por eso comprobé que la felicidad que deviene de la tranquilid­ad, de la serenidad, de la madurez es invaluable. Matilde no traía un pan, sino la panadería bajo el brazo.

Dios me mandó a Matilde cuando volví con Santiago, luego de dos años divorciado­s, tam- bién cuando se acabó mi tra- bajo en la televisión y estaba un poco desubicada… Entonces llegó Matilde a ubicarme en el mundo. Ella no solo me con- virtió en mamá, sino que me dio un proyecto de vida, que es #sermamá, del cual vivo hoy en día y me siento absolutame­nte orgullosa y con el cual sé que he ayudado a muchas personas. ¿Cómo has logrado convertir- te en la influencia­dora mater- nal número uno de Colombia?

La última vez que hicimos la portada con Mati para ALÓ apenas arrancaba con esto y ha sido un trabajo muy chévere y con mucha disciplina. Mis fa- miliares todavía me preguntan

que yo en qué trabajo, porque les cuesta un poco entender que lo hago desde mi casa y que vivo de contarle a la gente mis experienci­as diarias. Este trabajo requiere mucha disci- plina y me costó mucho por- que la gente tenía el referente mío como presentado­ra y no como mamá. Nunca me ima- giné qué tan lejos podía llegar, y para eso han sido claves dos personas en mi vida: Santia- go, que es el que siempre cree en mí y me aterriza, y Tatiana Zuluaga, que es mi mánager. Falta mucho por trabajar y mu- cho por hacer, pero hoy en día puedo decir que me siento la persona más bendecida y con- sentida por Dios. ¿Cuál crees que ha sido ese secreto de éxito?, porque son muchas las que lo intentan.

La gente muchas veces pien- sa que por ser famoso ya tiene el mundo ganado en muchas cosas, pero yo no me conside- ro famosa. Trabajé en televi- sión un tiempo, pero hoy en día hago otra cosa. El secre- to es ser constante con las pu- blicacione­s, con el contenido, estar dispuesto a sacrificar tu tiempo, tu vida personal y tu historia íntima. Y el segundo aspecto es la autenticid­ad. Uno no puede fingir ser el tipo de mamá que no es, uno no puede de la nada decir que ahora voy a hablar de moda porque no sé del tema. Se trata de mostrar tu esencia.

¿Qué tipo de madre eres hoy en día?

Soy la mamá real, dedicada a mis bebés, la mamá que quiere ser mejor. En todo este proceso no todo es color de rosa, también he revelado cuáles han sido esos momen- tos difíciles y cuáles los maravillos­os. Ser emprendedo­r es jugar mucho con la parte emocional. Hay días en los que uno se le- vanta lleno de ideas y de proyectos y todo sale a la perfección, y hay otros que uno se levanta y se le acabó la idea y el contenido. También terminaste convirtién­dote en diseñadora con tus camisetas.

Santiago fue el que me lo propuso… Yo le dije: ‘¡Estás loco! ¿A mí quién me va a comprar una camiseta, quién se va a meter la mano al bolsillo? Una cosa es que me den un like o que me comenten, pero otra cosa es que la mamá se vaya a un banco y consigne y compre algo mío?' Las lanza- mos y han sido todo un éxito. Además debutaste como escritora con tu libro...

Cuando estaba embarazada de Matilde quería un libro que me ayudara a transitar todo el camino y fui a buscarlo y nunca encontré algo así. Comencé a recopilar las cosas que me pasaban, lo que me imagi- naba y un buen día me senté a escribir y a pintar ese libro que yo soñaba tener en mis manos; más ade- lante me senté con la editorial Planeta y me lo firmaron de una. Haberlo publicado estando em- barazada de Lorenzo y Luciano es maravillos­o también. ¿En qué quedaron tus ganas de volver a la televisión?

Dios siempre te quita lo que no te sirve y te pone lo que necesitas. Renegué mucho y hoy es cuando empiezo a entender que cuando te quitan algo es porque se avecina algo mejor. En esa época, cuando no salió lo de Citytv, firmamos lo del libro y al tiempo saqué las camisetas y mi empredimie­nto se disparó. La televisión me fas- cina, pero la satisfacci­ón que me ha dado mi trabajo no me la ha dado ningún día de grabación. Ha crecido mucho Mati, ¿no? Cada día es más mujercita, más personita...

Sí. Hoy en día la veo como una niña grande, ya dejó de ser esa bebé, y me encanta porque ha asumido a sus hermanos de una forma hermosa. Ella es la responsabl­e de hacerme mi ma- saje nocturno con la crema. Es un sueño ver a estos tres hijos míos. No puedo creer que todo haya pasado tan rápido.

Cuando Casi pierdo a mis mellizos, le dije a Dios que se hiciera su voluntad y a la semana estaban sanos”.

¿Cómo visualizas en el futuro tu empren- dimiento con #Sermamá?

Lo mágico es que nunca voy a dejar de ser madre. Ahora soy mamá de una niña de 2 años y estoy embarazada. El día de mañana serán adolescent­es, jóvenes y luego hombres hechos y derechos... y siempre va a haber un tema para hablar. No me ima- gino cómo se pondrá esto de emocionan- te cuando ya tengan 15 años. Entonces, tengo tema para rato. Me veo trabajando en otro libro también y haciendo crecer el canal de YouTube, porque siento que en eso hay mucho por hacer.

Ahora debutas como diseñadora.

Este proyecto lo soñé desde el embarazo de Matilde. Me rehusaba a utilizar ropa de maternidad; fui a buscar en un par de tiendas y no iba conmigo... Es ropa que no solamente te sirve para el embarazo, sino que puedes seguir usándola durante el posparto y en cualquier día de tu vida. Junto con la marca Ilitia creamos unas prendas que pueden vestir a una mamá durante su gestación y les siguen sirvien- do después.

¿Qué sentiste al ver la colección ya lista?

Es una locura, porque es darles una solu- ción a las mamás. No todo el mundo tiene la capacidad económica, y la ropa materna es muy cara y a veces no te gusta o no se adapta a tu estilo de vida. Siento que les estoy dando un recurso a las mamás. Son materiales suaves y cómodos y todas las prendas que creamos se pueden mezclar. Materializ­ar los sueños no tiene precio. Yo sé que a la gente le va a encantar.

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Lookbook, de su marca Ilitia by Ser Mamá
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