Sandra Paola Real M.
Cada vez que hablo con mujeres, sin importar si tienen 20, 30, 40 o 50+, la gran mayoría coincide en que se acabaron los caballeros y que conseguir pareja estable es cada vez más complicado. En Colombia, según cifras del Dane, al finalizar el 2017, la población femenina fue mayoritaria, con 24.925.492 mujeres, lo que supone el 50,8 por ciento del total, frente a los 24.140.123 hombres, que son el 49,2 por ciento. La di- ferencia tampoco es tan amplia…
Hay una pregunta que siempre llega de imprevisto y se repite en medio de un al- muerzo familiar, con los amigos o con los compañeros de oficina… Alguien de re- pente dice: “¿Y de amores qué?”, “¿Andas ennoviada?”. Y tú, que llevas ya un tiempo escuchándote contestar lo mismo, repites esas cuatro palabras de siempre: “¿Dónde están los hombres?”
Si en realidad analizas las situaciones, los momentos y las oportunidades, no es que te la hayas pasado hibernando... Te fuiste de viaje, conociste amigos de ami- gos, te paraste de la cama en la noche para salir con un grupo de amigos y so cializar en medio de shots de tequila y de reguetón . Ya descargaste en tu celular to- das las aplicaciones para conseguir pareja y hasta aceptaste que te organizaran una cita a ciegas con un candidato potencial y… ¡nada!
Expertos como la psicóloga Ximena Andrade aseguran que no se trata de un problema cuantitativo, sino cualitativo: “Hombres hay muchos, pero que valgan la pena, poquitos”, afirma. Explica que muchos –sobre todo los separados– es- tán apuntando hacia otros objetivos, pero no a establecer relaciones estables.
Por eso las mujeres exitosas e indepen- dientes se han vuelto mucho más exigen- tes y no se transan por cualquier hombre. A diferencia de lo que ocurría antes, casar- se no es cuestión de supervivencia, sino una elección que debe hacerse con toda la rigurosidad del caso.
Ainoa Espejo, coach de relaciones de Ai- hop Coaching, revela que las personas que no encuentran pareja tienen algunas ca- racterísticas comunes y que en todas se hace evidente el miedo:
Tener expectativas demasiado altas y ser demasiado exigente.
Ser intolerante e inflexible.
Baja autoestima.
Fuerte autoexigencia.
Entonces, ¿qué hacer? Espejo revela que es clave localizar dónde están atados los pánicos específicos de cada una y, a par- tir de ahí, 'linkearlos' con los propios "para qué”. Pueden venir de experiencias ante- riores traumáticas, de fracasos, de malas referencias, pero la única manera de ga- narle al miedo es saliendo a enfrentarlo.
Esta es nuestra edición ultravioleta de la esperanza y también una invitación para que te llenes de ganas y de positi- vismo, así que atrévete a dejar el mie- do, a maquillarte con toques magenta, a vestirte con un atuendo distinto, a salir y a dejarte sorprender y –¿quién quita?– a encontrar el amor. Feliz quincena, queri- das lectoras.