CAROLINA CRUZ
Hola a todas mis mujeres ALÓ. Como siempre, es un gusto y un placer para mí saludarlas en este, nuestro espacio llamado #VitalmenteConCaroCruz. A propósito de que el próximo 19 de octubre se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, quiero hablarles sobre este tema. La verdad es que me gustaría que se tratara solamente de un signo zodiacal y no de una penosa enfermedad que cobra tantas vidas diariamente.
¿Qué es lo primero que se nos viene a la mente cuando escuchamos la palabra ‘cáncer’? Sin duda, es un término que genera pavor, pánico, angustia y muchos pensamientos negativos. Por esto, te-
niendo en cuenta que también estamos en el mes de la detección y la concientización sobre esta enfermedad, que según cifras oficiales cobra la vida de seis mujeres al día, quiero decirte que lastimosamente se trata de una realidad que en cualquier momento te puede tocar.
Esta Es nuEstra historia…
A nosotros como familia nos tocó vivir un proceso muy duro con el cáncer que le diagnosticaron a mi suegra, mi querida Olguita. Ella estaba bien, siempre fue una mujer muy activa y alegre, pero no le gustaba ir mucho al médico. Cuando lo hizo ya era un poco tarde. Seguramente la historia sería diferente si hubiéramos acudido a un especialista a tiempo, pero Dios lo quiso así, y es por esto que hoy te comparto este mensaje.
Cuando nos enteramos de que Olguita lo padecía quisimos que todo fuera una pesadilla y despertar para que todo acabara, pero no. La verdad es que como muchas cosas en la vida, esta enfermedad llega sin avisar. Lo mejor que pudimos hacer en ese momento fue aceptar la realidad y afrontarla con optimismo. En ese camino de subidas y bajadas nos encontramos con médicos muy especiales que nos llenaron de ilusión y de ganas de continuar y seguir dando la batalla… Y así fue; luchamos con ella cada segundo, estuvimos a su lado demostrándole lo mucho que la amábamos, lo valiente que era y lo agradecidos que estábamos por tenerla con nosotros.
Fueron ocho meses los que Olguita peleó de una manera aguerrida contra esta enfermedad. Para ella no había dolor ni tristeza, lo único que quería era que sus hijos y sus nietos estuvieran bien. Pero lastimosamente llegó el día en que nos tuvo que dejar. Olguita se fue compartiéndonos un legado de fortaleza, valentía y unión familiar, así que lo que hicimos fue agradecerle
La primera vez que hablamos me dijiste: ‘Lo que más me gusta de usted (no teníamos confianza) es que tiene una relación hermosa con su mamá”.
a Dios por prestárnosla durante tantos años y por permitirnos vivir junto a ella los mejores momentos. Ella es el ángel que todos los días nos cuida y protege. También me pudo pasar a mí
Durante el tratamiento de mi suegra, me realicé una citología (Matías tenía solo un mes de nacido). Los resultados indicaron que algo estaba mal. Me preocupé, por mi mente pasaron muchísimas cosas, pero finalmente decidí hacerle frente a la situación y seguí al pie de la letra las recomendaciones de los médicos. A los seis meses ya estaba perfecta y sana, pero estoy segura de que si no hubiera reaccionado a tiempo, otra sería la historia.
mi mensaje de amor
Querida lectora ALÓ que te tomaste el tiempo de leerme, quiero decirte que el cáncer es una afección que no distingue edad, estrato social ni posición política.
Acompañar a mi suegra en este proceso fue muy valioso, pues además de tener la oportunidad de mostrarle cuánto la amaba, sin duda, nos hizo más fuertes. Pero también fue muy doloroso, fue muy difícil ver cómo poco a poco se fue apagando sin que pudiéramos hacer nada. Ojalá nadie más tuviera que pasar por eso, así que te invito a que cada mes (sin falta) te hagas el autoexamen de seno. Es fácil, sencillo y no te llevará más de diez minutos. Que no te dé pereza tocarte, mirarte al espejo y reconocer si algo en tu cuerpo ha cambiado. No olvides visitar al ginecólogo una vez al año –yo prefiero hacerlo cada seis meses–, y si tienes más de 40 años, es importante que agendes una cita para la mamografía. ¡Nuestros hijos y familias nos necesitan!
Somos vulnerables, sí, todos los seres humanos somos vulnerables a vivir una situación como esta, pero cuando sentimos que algo así puede pasarte a ti o alguien cercano, las cosas cambian. La visión frente a la vida se transforma y el agradecimiento y la necesidad de luchar por estar bien se convierten en tu motor. No se dejen vencer; si lo detectamos a tiempo podemos ganarle, y si ya existe, es hora de afrontarlo con la mejor actitud y con buena energía. Porque ustedes son unas guerreras, unas mujeres valientes y luchadoras.
Un besito a mi querida Olguita hasta el cielo. ¡Las quiero y admiro mucho a todas!