La historia de mis tatuajes
Hola a todas y bienvenidas de nuevo a #VitalmenteConCaroCruz. Se está terminando el año y no tengo más que agradecerles su apoyo y compañía durante estos meses.
Hoy quiero tocar un tema sensible –de amores y odios–, esos que tanto nos gustan: los tatuajes. Siempre quise tener varios, soñaba con que estuvieran en lugares donde pudiera verlos, que no fueran tan evidentes, pero, lo más importante, que tuvieran un significado especial.
El primero fue hace tres años y tengo claro que quiero cinco. Hasta el momento llevo cuatro y todos me los ha hecho Ed Gómez (@edgomz), quien para mí es el mejor. No me dejaría tatuar de nadie más. Esta es la historia de mis marcas:
El primero tiene escritos los signos de palabras muy importantes para mí: fe, sabiduría y amor. Me lo hice hace tres años en un momento de mi vida en el que necesitaba encontrar a Dios y buscar sabiduría para tomar decisiones desde el amor.
El segundo fue un mes después y es el OM, el símbolo de lo esencial en el hinduismo. Significa unidad con lo supremo y hace referencia a la combinación de lo físico y lo espiritual. Es la sílaba sagrada, el primer sonido del Todopoderoso, de donde emergen todos los demás sonidos, ya sean de la música o del lenguaje divino. Está ubicado en el lado derecho del torso.
Luego me tatué la palabra ‘Faith’, fe en español. Quiere decir que ya la encontré y que no quiero y no permitiré que jamás se vaya de mi vida. ¿Dónde lo tengo? En la nuca.
Y el cuarto lo hice este año. Tiene los números 06042017, que es la fecha exacta de nacimiento de Matías. Sin duda, el día más importante y especial de mi vida. Lo tengo en la pelvis.
Me queda espacio para uno, que lo más probable es que sea el nombre de mi próximo hijo (a); si Dios quiere, obviamente.
Como puedes ver, me encantan los tatuajes, creo que son un arte y por eso trato de disfrutar los míos al máximo. Al principio me daban mucho miedo; no sabía si me iban a gustar y lo que más me preocupaba era el dolor; de ahí la razón por la que solo me tatúe con Ed. A mí no me dolieron, además los amo porque son pequeños, delicados, sexis y femeninos.
Si estás pensando en hacerte uno, lo mejor es que estés completamente segura. Recuerda que los tatuajes son para toda la vida; son una marca que contará algo de ti, de tu historia y de tus sueños... Y, por supuesto, busca siempre la asesoría de un especialista.
¡Las quiero! Caro Cruz.