nunca pasa de moda
Este tipo de decoración se caracteriza por colores como el rojo y el verde con acentos de blanco y dorado. Es representada por objetos tradicionales como el árbol de Navidad, el pesebre, el centro de mesa, la corona (que se cuelga en la puerta de entrada de la casa), el mantel y los individuales navideños, entre otros.
Una de sus principales ventajas es que perdura en el tiempo y puede ser utilizada durante muchos años con solo unos pequeños detalles que la actualicen. También se caracteriza por ir bien en todo tipo de espacios (sala, comedor, baños, pasillos) y por combinar con cualquier tipo de decoración que se tenga en el hogar, desde la más convencional hasta la más contemporánea.