Dime cómo es tu rutina de belleza y te diré cómo sera tu vejez

Nuestros hábitos de hoy definirán nuestra calidad de vida en unos años. Aunque en este momento tengas piel de porcelana, es probable que más adelante aparezcan líneas de expresión que pudiste prevenir. Aprovecha este test para revisar tus rutinas y adelántate en el tiempo para saber si vas a ser la ‘cuchi-barbie’ de la familia, una abuelita prematura o una jubilada bella y feliz.

Apareció una pequeña arruguita en tu entrecejo. Lo primero que haces es:

A. ¡Mueres de la angustia! A los cinco minutos estás en el especialista para que te inyecte toxina botulínica lo antes posible o que te aconseje un tratamiento que te la quite ASAP.

B. Realmente no te importa tanto, vas al supermercado y compras la primera crema antiarrugas que encuentras y te la aplicas muy de vez en cuando, pues por las noches te da mucha pereza y por las mañanas tienes afán.

C. Lo asumes con tranquilidad, llamas a pedir una cita con tu dermatólogo para que te recomiende los productos apropiados para tu edad y los problemas específicos de tu piel. Quieres mantener joven y bella, pero el tema no se convierte en obsesión.

Luego de una noche de fiesta para la que usaste toneladas de maquillaje, llegas a tu casa y sigues estos pasos:

A. eso casi nunca pasa, evitas salir de rumba, sabes de los efectos antioxidantes del ambiente de las discotecas. Pero en caso de haberlo hecho, cuando llegas a tu casa fundida del sueño, sacas tus 300 cremas y leches limpiadoras especialmente formuladas para tu tipo de piel y empiezas a desmaquillarte, eliminando hasta el más mínimo residuo de maquillaje. luego, te pones una mascarilla hidratante, cremas antiarrugas para el cuello, para labios, para contorno de ojos, para manos y si puedes te das un buen baño con jabones antioxidantes.

B. no haces nada. llegas agotada y te acuestas a dormir tal cual, al fin y al cabo al otro día te vas a bañar.

C. Como te enseñó tu mamá, usas un pañito desmaquillante (que es más rápido) y te quitas el exceso de pestañina y polvos, te aplicas un tónico y una crema humectante, te lavas los dientes y a la cama.

Estás en un restaurante almorzando con tus amigas y tu orden es la siguiente:

A. una ensalada verde (le pides al mesero que retire los crutones) y una botella de agua de agua mineral.

B. una hamburguesa con carne al carbón, tocineta frita y casquitos de papas, anillos de cebolla y gaseosa para acompañar. Tu parte favorita es el postre, pides el volcán de chocolate, el pie de limón y, ¿por qué no? Pruebas el flan de caramelo.

C. un delicioso filete de salmón con ensalada, papitas al vapor y un jugo natural. al final pides un postre para compartir con tus amigas y matar el antojo.

Estás de vacaciones en Cartagena y quieres estrenar bikini y de paso un perfecto bronceado. Esto es lo que haces:

A. Te quedas dentro de la carpa, llena de bloqueador, con sombrero gafas y pareo. Pero no te vas a quedar pálida, antes del viaje pasaste por el spa y tuviste una sesión de bronceo artificial exprés.

B. armas tu kit de bronceadores y aceleradores de bronceado, llegas a la playa a las 11 de la mañana (porque el día anterior te pegaste un parrandón), extiendes tu toalla en la arena y te quedas dormida bajo el sol y sin bloqueador. Por la noche te tienes que bañar en aloe vera o leche de magnesia, pues no aguantas el ardor, pero ¡¿qué importa?! Finalmente, te bronceaste. C. Prefieres llegar tempranito a la playa para evitar el sol del mediodía. usas bloqueador de protección media en todo el cuerpo y te tapas la cara para evitar problemas a futuro.