¿Tu piel está estresada?
La presencia de signos de envejecimiento como arrugas, rojeces, irritaciones y acné, así como indicadores de resequedad y deshidratación, son algunas características de una piel fatigada. No permitas que las tensiones del día a día se apoderen de ti.
¿Cuántas veces te has levantado con mala cara sin motivo aparente? Cuando analizas el por qué te ves tan mal, algo está muy raro. Dormiste bien, te desmaquillaste correctamente, le hiciste una buena limpieza a tu rostro y te pusiste todas las cremas correspondientes, pero todavía tienes cara de trasnocho: con poros dilatados y ojeras y lo peor, te sientes fea.
¿Qué pasa entonces? Algo tan sencillo como que tu piel puede estar estresada. ¿Sabías que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano y así como el pelo y las uñas, la tensión también afecta su apariencia? Factores como el trabajo en exceso, el cansancio, la falta de sueño y los cambios hormonales, así como las tensiones diarias atacan su vitalidad y lozanía. “Al estar estresados nuestras defensas de piel se reducen alterando sus funciones, lo que podría acelerar enfermedades dermatológicas como acné, psoriasis, dermatitis atípica, eczemas seborreicos y síntomas de patologías autoinmunes como el lupus o la artritis”, dice el dermatólogo Ángel Camilo Peñaranda.
Según el especialista, aunque el nivel de estrés de la piel depende de la edad, factores internos y externos a los que estamos expuestos también nos hace vulnerables.
“Elementos como el impacto de la radiación solar, la polución, el medio ambiente y los malos hábitos, y factores internos que comprenden el estrés, las emociones y las condiciones genéticas, sumado a que cuando una persona está estresada incurre en comportamientos que afectan la calidad de la piel como la baja calidad y cantidad de sueño, el desbalance en la alimentación y la despriorización del cuidado facial”, señala ¿Cómo saber si tu piel está estresada? Mírate al espejo y fíjate en indicadores de alerta como deshidratación, pérdida de luminosidad y vitalidad, manchas, líneas de expresión, arrugas o barritos, enrojecimiento e irritación.
MEDIDAS S.O.S
Consiéntete: saca tiempo para cuidar y mimar tu piel con una buena limpieza en tres pasos. En la mañana: limpia, tonifica e hidrata y en la noche: limpia, tonifica y nutre.
¡Jamás! Olvides el bloqueador solar: es indispensable que evites la acción de los rayos solares que producen el fotoenvejecimiento y aumenta el síndrome de la piel estresada.
El dúo estrella: aumenta el consumo de agua para que tu organismo pueda eliminar más fácilmente las sustancias de desecho.
Incluye en tu dieta alimentos ricos en nutrientes y antioxidantes como los frutos rojos y las verduras.
Realiza actividad física... Sal a caminar, trotar, saca a tu mascota y respira aire libre (mínimo 30 minutos al día, sin excusa alguna).
+ Planes húmedos… Agenda un día de sauna o turco con tus amigas o tu pareja, además de que son actividades que te permitirán relajarte, hidratarán muy bien tu piel.
El consejo de la abuela: Duerme bien, la falta de sueño produce deshidratación. Si llegas a la casa muy estresada, unas comprensas de agua tibia sobre tus párpados serán una bendición.
Más muecas: realiza ejercicios gestuales repitiendo letras como X, U y O. La gimnasia facial siempre será una gran aliada para combatir el estrés.