¿Padeces del Síndrome de la Mujer agotada (SMA)?
El trabajo, la tensión diaria y las dobles ocupaciones con las que tenemos que lidiar las mujeres multitarea de hoy en día pueden llevarnos a padecer este mal con el que lidian cada vez más mujeres colombianas*. Sin embargo, sí es posible vivir llenas de energía, alegres, con salud y bienestar, adoptando unos hábitos sencillos.
{E}‘Estoy agotada’, es una expresión generalizada entre muchas mujeres de hoy en día que viven en una autoexigencia sostenida: deben velar por su familia y cumplir en el trabajo, o vuelcan toda su atención en su vida laboral sin dedicar parte de su tiempo a su imprescindible cuidado personal.
Pilar Benítez, licenciada en Ciencias Empresariales, especialista en nutrición energética, salud y cocina terapéutica, define esta situación como Síndrome de mujer agotada o SMA.
“Las mujeres con SMA se esfuerzan tanto para afrontar todas sus tareas y responsabilidades diarias que se desgastan más de lo admisible para su organismo, padecen cansancio crónico y se acostumbran y resignan a sentirse siempre así”, señala Benítez, autora del libro ‘Mujeres agotadas y cómo dejar de serlo’.
Para la autora, en general somos muy autoexigentes y acabamos haciéndonos responsables de todo. Lo queremos hacer todo bien y, al final, nos quedamos sin energía para nosotras mismas.
Para poder abordarlo todo con energía, alegría y eficacia, la experta creó un método de salud natural femenina, denominado Siéntete Radiante, que integra consejos sobre dieta, respiración, ejercicios, meditación y gestión de las emociones.
Lo más importante es que tomemos conciencia de que, si no nos cuidamos, nadie
lo hará, y de que vigilarnos es la clave para encontrar equilibrio entre todas nuestras responsabilidades y tareas sin un desgaste exagerado.
Organízate bien. “Consumimos grandes cantidades de energía cuando revisamos de forma mental y constante todo lo que tenemos pendiente por hacer. Y, muchas veces, nos agotamos pensando que nos podemos olvidar de algo que es importante”, señala Benítez. Para solucionarlo aconseja apuntar cada idea, compromiso, tarea y obligación en una libreta de notas o en el celular, y revisarla periódicamente. De esta forma, relajaremos nuestra mente y la dejaremos disponible para funciones más creativas.
Comprar con sentido. El problema principal de la mayoría s que compramos con una idea falsa de lo que es saludable y lo que no. “Aunque la dieta mediterránea suele ser muy beneficiosa, es fácil que nos desviemos de ella y acabemos comprando y comiendo demasiados productos refinados, demasiada carne, embutidos, lácteos y azúcar y, en comparación, pocos cereales integrales, pocas legumbres y poca verdura”, añade. La experta recomienda adquirir el hábito de comprar pensando no solo en los alimentos fáciles de preparar y los que estamos acostumbrados, sino en tener un buen equilibrio energético que nos permita hacer las actividades del día y disfrutarlas.
Comer mejor. Es importante tener presente las proporciones adecuadas de los distintos grupos de alimentos: un 50 por ciento de cereales integrales, un 20 por ciento de proteínas, un 30-35 por ciento de verduras, y un 5-10 por ciento de semillas, aceites, algas, sal, sopas, frutos secos y fruta. “Si respetamos estas proporciones tendremos mucha más energía y no sentiremos la necesidad de comer tentempiés ni golosinas.
Buscando el silencio interior.
Imagina un lago lleno de gente nadando, chapoteando, jugando o navegando. La superficie no deja de moverse y el agua está agitada. Supón que, de pronto, todo el mundo se va y solo queda una ligera brisa acariciando la superficie y formando pequeñas ondas o dibujos. Es suave, pero nos impide ver el fondo, pues sigue agitando levemente la superficie del lago. Tu misión es aquietar esa brisa para tratar de ver qué hay bajo el agua. Con el tiempo descubrirás que hay tesoros increíbles, talentos y dones que te hacen una mujer única: creatividad, intuición, compasión, amor universal.
Para descansar y regenerarse. Primero comprueba que el colchón y la almohada sean adecuados para el descanso, al igual que las condiciones ambientales de ruido, luz y temperatura de tu habitación. Desconecta los aparatos electrónicos y, revisa los horarios de las cenas, con el objetivo de hacerlo al menos dos horas antes de acostarte, y lo más ligero posible.
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