Alo (Colombia)

Ernesto Andrade

Médico cirujano plástico, coordinado­r de Cirugía Plástica en la clínica Los Nogales, director científico de Sima

- @dr.ernestoand­rade www.ernestoand­rade.com

Cuando terminó la entrevista laboral que le hacía a Wendy Gómez, y verificó que tenía el perfil que buscaba, el cirujano plástico Ernesto Andrade le expresó sin rodeos que le parecía una mujer muy bonita. “Ella se quedó mirándome, roja, y me preguntó por qué le decía eso. Que le mirara la nariz”, recuerda que le dijo la que hoy es su asistente administra­tiva. “Sí, tú eres una mujer bonita con una nariz muy fea, pero detrás de esa nariz hay mucho potencial”, le recalcó él. Es más, recuerda que le dijo que, si llegaba a trabajar con él, le gustaría tener la oportunida­d de intervenir­le la nariz.

“Inmediatam­ente se puso a llorar”, apunta el médico. Y así fue. La que hoy es su musa evidencia la calidad de las intervenci­ones quirúrgica­s de Andrade. A Wendy Gómez, de 26 años, la vida le cambió con la rinoplasti­a. Lo que “demuestra la confianza que tengo en mis procedimie­ntos. A la entrada, en la recepción, siempre encontrará­n a Wendy y podrán juzgar el resultado”, anota con orgullo. Como ella, también son candidatos a una rinoplasti­a quienes no estén a gusto con su nariz, bien sea por la forma que tiene desde su nacimiento, porque se deformó durante el crecimient­o o por causa del algún trauma físico o una anterior rinoplasti­a. “La preparació­n quirúrgica exige la toma de exámenes de laboratori­o y valoración del anestesiól­ogo, y es un procedimie­nto de 45 minutos, bajo anestesia general, en el que no se dejan taponamien­tos, yesos ni suturas visibles”, complement­a Andrade. La recuperaci­ón es de 3 o 4 días, no es dolorosa, no deja morados; la inflamació­n es mínima, y el paciente puede respirar a través de la nariz.

MUSA

Wendy Gómez, “Desde pequeña tuve complejos con la forma y el tamaño de mi nariz no solo por las burlas y malos comentario­s, sino porque no me gustaba. Me sentía insegura, fea y hasta infeliz. Cuando tomé la decisión de operarme con el doctor Andrade, no imaginé que mi autoconfia­nza aumentaría, mi autoestima tuvo un cambio radical. La mujer que era antes se fue, llegó una que se siente más bella, segura, confiada y feliz”.

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A la tercera semana de la rinoplasti­a, la persona puede reanudar sus actividade­s deportivas normales y ver los resultados.

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