Juan Pablo Urrego, siempre rienventándose
Desde muy temprana edad, su pasión fue el fútbol y llegó a formar parte de reconocidos equipos en Medellín, sin embargo, la magia de la actuación hechizó su corazón y hoy vive sus días agradecido y enamorado de su profesión. Actualmente, está en cartelera protagonizando la película ‘Amigo de nadie’.
{A }A los 18 años, partió de Medellín rumbo a La Habana (Cuba), donde estudió teatro, danza y circo. Un año después, inició una nueva aventura hacia Argentina, país en el que estudió artes escénicas durante 6 años y donde realizó sus primeros acercamientos al teatro, la televisión y el cine. Acaba de terminar una exitosa temporada en el teatro Colón interpretando a Stanley en la obra Un tranvía llamado deseo. Por estos días lo vemos en las salas de cine del país como protagonista de la película Amigo de nadie, dirigida por Luis Alberto Restrepo
¿Cómo recuerdas tu primer acercamiento al teatro??
Un día estaba en el colegio y por casualidad pasé por el teatro y había unos compañeros más grandes que yo ensayando una obra de teatro infantil llamada Don Tomate, yo los vi disfrazados de zanahoria y de tomate y para mí fue espectacular. Ese fue el día en el que el teatro me enamoró.
¿Teatro o televisión?
No tengo preferencia por ninguno. En el teatro me crie, entonces me siento muy cómodo allí, pero disfruto mucho hacer todo, ya sea cine, televisión o teatro; son lenguajes diferentes y cada uno te enseña algo y te refuerza como actor.
¿Cuáles eran tus expectativas antes de comenzar tu carrera profesional?
No tenía muchas. Yo estudiaba teatro y era lo único que me gustaba, veía muy lejos y casi como una utopía llegar a la televisión, no estaba dentro de mis planes.
¿En qué momento llega la decisión de radicarte en Bogotá?
Llevaba 7 años por fuera de Colombia, primero pasé por Cuba, luego por Buenos Aires, y allá estudié durante 6 años. Trabajé allá, hice teatro, televisión y cortometrajes. Llegó un punto en el que me di cuenta de que mi acento me iba a traer problemas, la competencia era muy dura y ellos siempre le darían prioridad a alguien de allá. Un día viajé a Colombia y me contacté con una productora, hice algunas cosas y me vinculé con un grupo de teatro llamado La Maldita Vanidad, luego llegó el tema de la televisión y después de muchos ‘no’, llegó el ‘sí’, y allí empieza mi vida en la televisión.
¿Cómo asumes los ‘no’ que han llegado a tu vida?
Siempre me he tomado esta profesión de una manera muy tranquila. Siento que de eso se trata el trabajo del actor, de hacerlo mal, que el director te corrija y hacerlo cada vez mejor. Cuando te dicen no, muchas veces no tiene que ver con tu actuación, sino con que buscan otro perfil de persona, otras características. Las audiciones son entrenamientos para nosotros como actores que nos sirven para forjarnos.
¿Qué es para ti la fama y cómo la manejas?
Es una consecuencia de trabajar en televisión, lo vivo de una manera muy tranquila. Me gusta mucho mi oficio, entonces la fama me pasa por un lado. Me hace sentir muy feliz cuando la gente me dice cosas bonitas, es muy reconfortante.
Te apasionaba mucho el fútbol, ¿qué pasó con ese sueño?
Cuando era niño jugaba en equipos de fútbol, entrenaba mucho y alcancé a jugar en inferiores de equipos reconocidos de Medellín. La verdad no sé qué fue lo que pasó, tuve un par de lesiones en el tobillo y en la rodilla, entonces eso fue debilitando las ganas. En ese ámbito desafortunadamente también se manejan muchas roscas, entonces cuando uno es niño y se da cuenta de eso, es muy desilusionante. En medio de eso se me atravesó el teatro y se robó mi corazón.
¿Cuál es el rasgo de tu personalidad que más te gusta?
Que cuando me propongo algo lo cumplo sin importar cuántas veces tenga que intentarlo. Cuando algo me interesa soy muy disciplinado.
Una palabra con la que te describas...
Persistencia.
¿Tu mayor miedo?
Tengo muchos, le temo a la muerte, a que se acabe esto de repente porque me gusta mucho la vida, la disfruto y por eso la vivo al máximo.
¿Cuál es tu ideal de felicidad?
La tranquilidad, tener tiempo para mí.
¿Cómo te ves a futuro?
Trabajando, tranquilo, con salud, haciendo lo que me gusta y disfrutando mucho esta profesión.
¿Ha pasado por tu cabeza producir o dirigir actores?
Sí, cuando esté más grande y más maduro me gustaría dirigir. Producir me parece un poco estresante, pero sé que la dirección algún día estará en mi camino.
¿Tienes algún agüero antes de salir a las tablas?
Trato de llegar 2 horas antes al teatro, hacer un trabajo de calentamiento con el cuerpo y con la voz. Me pongo un corcho en la boca y repaso casi toda la obra para calentar.
¿Que ha sido lo más especial que te ha sucedido este año?
Muchas cosas, pero una de ellas es que este año hice una película en Medellín llamada El olvido que seremos, basada en el libro de Héctor Abad Faciolince. Cuando lo leí por primera vez me marcó muchísimo, me conmovió, lo leí varias veces, lloré, y bueno, este año me llegó la oportunidad de hacer esta película, de representar a Héctor. Para mí, fue maravilloso, nunca lo había pensado, pero en mi inconsciente estaba y cuando llegó la oportunidad fue maravilloso. Fue un regalo muy grande.
¿Tu tesoro más preciado?
Mi familia; sin ellos nada de esto estaría pasando.
¿Cómo te conquistan?
Con sentido del humor.
Tu plan favorito en pareja.
Ir a cine o a comer rico o quedarse en la casa viendo una película.
¿Cuál es tu mayor defecto?
La procrastinación. Pospongo mucho todo y termino haciendo todo a última hora.
¿A qué actor de Hollywood le pedirías una selfi?
A Philip Seymour Hoffman, aunque ya murió. Lo admiraba mucho.
Tres cosas que no sepamos de ti...
1. En algún momento de mi vida pensé en ser artista de circo.
2. Armo el cubo de Rubik en minuto y medio.
3. No me gusta mucho la fiesta.
¿Qué más viene para ti?
Acabo de rodar una película llamada Memoria, dirigida por el tailandés Apichatpong Weerasethakul y protagonizada por Tilda Swinton. Yo ya grabé mi parte y fue muy especial.
¿Qué planes tienes para Navidad?
Estaré en Medellín compartiendo con mi familia y luego buscaré una playa para escaparme un rato… Me encanta.