Respuestas:
1. ¡Hot, hot, hot! ¡Muy calienteeee!
Aunque pareciera que este es el estado en que toda mujer quiere estar, y supuestamente el ideal en el que los hombres desearían tenernos permanentemente, la realidad es que el ‘impulso sexual excesivo’, como lo define la Organización Mundial de la Salud, también es considerado una disfunción sexual. Fíjate bien si tu caso es de vigorosidad o de ‘hipersexualidad’, pues de ser la segunda podrías terminar sufriendo una insatisfacción sexual constante, preocupaciones mórbidas y hasta aburrir a tu pareja si no te lleva el paso.
¿Qué hacer? Si sientes que se te va la mano con el tema, lo mejor es que consultes a un experto para que te ayude. Si en cambio sientes que simplemente estás en una época muy caliente, pues aprovecha tu derroche de pasión, pero controlando también un poco que no se te vaya a ir la mano. Recuerda que un exceso de infecciones y lesiones incrementa las posibilidades de tener cáncer de cuello uterino.
2. T-i-b-i-a
Estás entre los 20 y 25 grados centígrados... ¡La temperatura ‘ideal’! Te gusta el sexo, pero no es tu obsesión. Te preocupas por verte y sentirte bien, inviertes tiempo en ti, indudablemente haces ejercicio (lo que te mantiene activa) y seguramente tu pareja se siente satisfecha con la pasión que hay entre los dos. No esperas a que él te seduzca, pero te encanta también sentirte cortejada.
Pero aunque todo parezca seguro, ¡no te dejes enfriar! Procura estar en constante renovación para que la monotonía no llegue a tu cama.
3. La reina del hielo
Tranquila, no eres la única. Según un estudio del National Institutes of Health publicado en la revista de la Asociación Americana de Salud, se estima que el 35 por ciento de las mujeres que tiene alguna disfunción sexual tiene un bajo o cero deseo erótico (muy pocas fantasías, no les interesa tener relaciones y la masturbación es casi nula). Aunque muchas mujeres se sienten cómodas con esta situación, la realidad es que la falta de libido puede ser el reflejo o, en su defecto, la causante de ansiedad, depresión, frustración, baja autoestima y problemas de pareja. ¿Qué hacer? Existen muchos métodos para volver a subir la temperatura: sesiones de relajación para bajarle al estrés y lograr sentirnos desinhibidas, dietas especializadas con las vitaminas adecuadas, terapias con un sexólogo, libros (eróticos y de sicología) y subirle al ejercicio. Si nada funciona, consulta a un experto.