Capitán de Navío Leonardo Arturo Medina Ochoa
director de Comunicaciones estratégicas de la armada de Colombia
Así uno tenga planes de pasar la época navideña en familia, cuando surgen situaciones de improviso, todo cambia. No olvido el día que me tocó salir a cumplir operaciones cerca de Los Montes de María (Bolívar), a propósito de la liberación del exministro Fernando Araújo en el 2006-2007. Yo soy piloto de helicóptero y no me tenían previsto para volar en esa época. Aun así, tuve que salir a solventar esa necesidad operacional. Lo difícil de esos momentos es que uno se va de misión, pero no sabe cuándo retorna. Recuerdo que partimos el 20 de diciembre y yo regresé a casa el 6 de enero. Fechas tan especiales como la Navidad y el Año Nuevo las compartí con mi familia vía telefónica o a través de fotografías. Y yo, mientras
tanto, cumplía labores de vigilancia y control, apoyo a la gente que se estaba moviendo en tierra y en reposicionamiento de las tropas. Incluso les llevábamos la cena navideña y detalles a las tropas que estaban en las zonas fuera de la base. Pero con los compañeros con quienes cumplíamos largas jornadas de vuelos (el copiloto y el técnico) nos hacíamos el ambiente y celebrábamos a nuestra manera donde nos sorprendieran las circunstancias. Nos poníamos gorros navideños sobre los cascos y así nos sentíamos partícipes de estas fechas. Esa Navidad del 2006 pasamos la noche en la base de Corozal, Sucre, y compartimos una cena muy temprano porque al otro día debíamos madrugar a continuar con nuestra misión.