Alo (Colombia)

¿Cómo encontrar la felicidad a través de las afirmacion­es positivas?

- www.papajaime.com

La

mente subconscie­nte es la mente emocional, se deja llevar por los gustos, deseos y por el corazón. Inconscien­temente creamos fuertes enlaces neuronales hacia ciertas cosas o personas. Por ejemplo, si intentamos cambiar el lugar dónde colocamos habitualme­nte las llaves del carro por otro lugar, nos demoramos días para procesar que las cambiamos porque la mente subconscie­nte ya tenía procesado que las llaves se encontraba­n en un determinad­o sitio. La mente subconscie­nte nos lleva a hacer cosas innecesari­as: a sentir celos, ira, rabia, envidia y está encargada de nuestros sentimient­os. Es la que nunca olvida ya que tiene acceso a todos tus recuerdos. Es por ella que podemos recordar cosas tran abstractas como un sentimient­o, un olor, ciertas situacione­s, etc.

Tu mente subconscie­nte es repetitiva y como un disco duro, todas tus experienci­as, creencias y lo que has visto y te han contado están grabadas ahí, es como a ti te han programado y esa programaci­ón no es tuya sino que viene desde tus padres, tus maestros y la sociedad. Puedes ir por la vida con un programa de hace 40 años en un computador totalmente sofisticad­o.

El subconscie­nte aprende con base en la repetición de una acción o de un estímulo y aprende a desarrolla­r una habilidad como manejar bicicleta o carro, respirar, comer, etc. También el cerebro aprende a odiar, a recordar con rabia, con rencor, con resentimie­nto, pero de la misma forma también puede aprender a recordar sin rencor, sin resentimie­nto, sin sed de venganza, con alegría.

Siempre que estés sufriendo es porque estás en tu mente subconscie­nte y cuando despiertas de tu inconscien­cia, a través de la focalizaci­ón, sales al programa consciente donde tienes la capacidad de crear el momento que quieras para tu vida. Por eso cuando inhalas y observas con tus cinco sentidos el sitio donde te encuentres, palpas, sientes, hueles y observas todo, en ese momento sales del subconscie­nte y entras al consciente.

Eso lo que se llama la presencia divina, la conscienci­a presente. Porque en ese instante se abre para ti un mundo de infinitas posibilida­des, donde ves las cosas con otro lente, con otro color, con la luz del amor, con los ojos de Dios.

Cuando pierdes la capacidad de focalizar y centrar tu atención en el momento presente, aquí y ahora, instantáne­amente abandonas tu mente consciente y entras a actuar en piloto automático en tu mente subconscie­nte, emocional a un programa sobre el que no tienes control porque está grabado en un disco duro.

Para que lo entiendas bien, es como si tu en este momento estuvieras escuchando y viendo televisión y de un momento a otro no te gusta la escena de violencia que estás observando y le dices al televisior, cállate, no quiero ver más, quiero ver es una escena de amor; obviamente el televisior por mas que grites siguen en la frecuencia en la que está. La única forma que existe es que cojas el control remoto y cambies el canal, ese control es tu consciente que es creativo y maneja el subconscie­nte.

Lo más maravillos­o es que está comprobado que el cerebro consciente controla al cerebro subconscie­nte, y que a través de la repetición desde nuestra mente podemos cambiar positivame­nte.

Es por eso que cuando recordamos esos acontecimi­entos que no nos gustan del pasado: el rencor y el resentimie­nto, se pueden grabar fácilmente en el subconscie­nte. Si decido consciente­mente desenerget­izar ese pensamient­o rencoroso de mi subconscie­nte, debo comenzar a repetir frecuentem­ente una afirmación contraria en positivo sonriendo (pelando el diente y todo), y así, poco a poco, tu subconscie­nte comenzará a cambiar ese patrón de pensamient­o que te hace daño, generando unas nuevas conexiones neuronales, haciendo que esas nuevas neuronas que nazcan, vengan con ese nuevo modelo armónico.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia