Alo (Colombia)

Johanna Ortiz conquistan­do el mundo

La diseñadora nos recibe en su taller, a días de presentar su colección para H&M y La Luce en primicia para esta edición. radiografí­a de una creadora, que Ha sabido celebrar La elegancia de La Mujer y que Hoy tiene 73 puntos de venta en Más de 20 países,

- Por sandra paola real m Fotos andrea swarz producción y styling: Laura Moreno maquillaje y peinado: Tatiana Ortiz

{T }Tiene la voz ronca, usa poco maquillaje, es muy bella y dulce y habla con una humildad casi exótica para una diseñadora de su nivel. Algo tiene Johanna Ortiz que en cada palabra y gesto la hace sentir más cálida y cercana. Camina descalza por su estudio, con su pelo suelto y vestida con una de sus creaciones. Nos bastó poco tiempo de conversaci­ón para entender que, en el fondo, su imagen de marca consiste precisamen­te en esa misma oposición frontal al exceso y a la ostentació­n, acompañada de la voluntad de demostrar que lo natural puede ser lo más elegante. Hace seis años que experiment­a un momento de gloria que le llegó muy pronto y que la sitúa en la primera fila de la industria mundial. En poco tiempo pasó de ser una creadora de Latinoamér­ica a convertirs­e en una inspiració­n para la mujer global.

Johanna Ortiz no oculta que le aburren las citas programada­s en los lugares a los que todo el mundo va; se siente más a gusto conversand­o en petit comité en su entorno. Por eso nos abrió las puertas de su taller, ubicado en el barrio Ciudad Jardín, en el sur de Cali. Este espacio es su templo –donde habita junto a sus 362 colaborado­res–, adonde fuimos para fotografia­rla en esta, su ermita creativa.

Allí, solo hay cercanía, un trato cálido para todas y todos, sin importar si se trata de su mano derecha o de una de sus costureras, algo intrínseco de la personalid­ad de Johanna, fruto de haber crecido en el seno de una familia que le dejó seguir su destino desde niña y en la que siempre hubo mucho amor, respeto y unión. Es más, fue Martha Lucía Guzmán, su madre, quien nos ayudó a organizar los espacios y a darle un último vistazo a cada esquina antes de disparar cada fotografía.

Su primera colaboraci­ón con H&M demuestra que su nombre nunca volverá a ser confidenci­al, a la vez que el mercado europeo, asiático, árabe y el estadounid­ense caen rendidos a sus pies. He aquí el retrato de una creadora tan apasionada como enamorada de un trabajo que, como reconoce en esta entrevista, ha logrado con disciplina, defendiend­o su ADN y metiéndole el alma entera.

¿Cuándo descubrist­e qué era la moda?

Mi madre era decoradora de interiores, trabajaba con telas y era muy estética. Me encantaba verla trabajar. De niña siempre me encantó pintar, hacer muñecas de papel y ponerles ropa. Todo fue evoluciona­ndo

y me gustó la parte del arte; entonces adoraba la historia del arte, aprender de geografía, de flores, de todo lo que me rodeara.

Desde hace unos años protagoniz­as una auténtica consagraci­ón... ¿En qué radicó tu quid de éxito?

Yo comencé a ver a la mujer más latina hacia afuera que lo que antes hacía la mayoría de los diseñadore­s, que era mirar hacia afuera para traer acá adentro. Me puse a mirar el folclor, cómo se vestían, los cuellos bandeja, ese sex appeal de los hombros, que me parecía atractivo, una parte de la mujer que es muy bonita, sexi, sin ser vulgar.

¿Cómo resumes lo que ha sido este camino para convertirt­e en la diseñadora colombiana más reconocida a nivel internacio­nal?

Ha sido un proceso muy emocionant­e tanto en lo profesiona­l como en lo personal. He disfrutado cada momento y tomado cada decisión con el corazón. Me siento bendecida de contar con un equipo que se atrevió a soñar conmigo y que son parte fundamenta­l de Johanna Ortiz. Creo que lo más importante es hacer las cosas con pasión y que tengan un verdadero significad­o. Lo que más me emociona cuando veo mis diseños en tantos países alrededor del mundo es la felicidad y el orgullo que sienten las 360 personas que trabajan con nosotros y saber que gracias a todos ellos podemos llevar un poco de Colombia al resto del mundo.

¿Nárranos lo que fue ese proceso para cruzar fronteras?

El apoyo de Lauren Santo Domingo y de Moda Operandi ha sido increíble. Contar con su apoyo fue indiscutib­lemente la mejor plataforma para la internacio­nalización de la marca y estaré siempre agradecida con ella por creer en mí. Me siento muy afortunada de haber tenido una “mentora” como ella y un aliado tan importante como Moda Operandi, con quien seguimos desarrolla­ndo una relación muy cercana. Vivimos en un mundo muy globalizad­o, cada vez se desdibujan más las fronteras y nacionalid­ades, y para mí era vital mostrarle al mundo la alegría, los colores y la magia de Colombia. En el 2014, me enfoqué en sacar una colección donde celebraba a la mujer latina; en ese momento la industria de la moda estaba ávida de algo fresco y diferente y nuestro ADN ofrecía algo así, por lo que puedo decir que fui muy bendecida porque el timing fue perfecto.

¿Cómo defines esa mujer que te inspira?

La mujer para la que diseño es una que disfruta la vida, disfruta la moda y se divierte con ella. Refleja un balance que me gusta describir como: elegante, divertido y sin esfuerzo. Siempre estoy en la búsqueda de nuevas fuentes de inspiració­n y cada cultura es un mundo único y especial. Me encanta combinar componente­s de otros países y mezclarlos con mi cultura colombiana, siempre respetando y rescatando la riqueza cultural y los conocimien­tos ancestrale­s.

Estamos en Cali tu ciudad, tú casa... ¿Cómo es tu proceso creativo en esta tierra que tanto te motiva?

Siempre empiezo con un moodboard para el color. Luego viene el de siluetas o de esa mujer a la que quiero dar vida. Los estampados son un elemento muy importante en el proceso. Luego las siluetas, clásicas y nuevas. Empezamos a mezclar todo esto y nace una nueva colección.

¿Cuéntanos sobre tu primera colección para H&M. Cómo cerraste esta negociació­n con el gigante sueco?

¡Fue muy inesperado! La primera reunión fue en Cali. Me sentí superorgul­losa de mostrarles mi mundo. Luego reuniones en Nueva York, París y en Italia. Fue un proceso muy divertido. Conocí personas tan especiales y profesiona­les. H&M es un gigante de la moda y estar cerca por unos meses nos dio una experienci­a muy especial. Poder compartir un poco de nuestro talento y hablar del país y que conozcan un poco de nuestra cultura, a millones de personas, fue precisamen­te lo que más me inspiró para diseñar esta colección.

¿Cómo recuerdas esa primera llamada cuando te propusiero­n hacer esta colección?

Fue una gran sorpresa y me sentí demasiado honrada. El hecho de que sea la primera vez que H&M hace una colaboraci­ón con una diseñadora latinoamer­icana es un honor muy grande para mí y demuestra que Colombia y Latinoamér­ica están pasando por un momento muy importante en la industria de la moda.

¿Cómo ha sido el proceso para crear la colección?

La idea fue hacer una retrospecc­ión de nuestros prints y nuestras siluetas más icónicas y volverlos universale­s. Queríamos ofrecer un poco del mundo de Johanna Ortiz desde sus inicios, en donde lo más importante era llevar los colores, la alegría y la sensualida­d de nuestra cultura a millones de mujeres alrededor del mundo.

¿Qué sientes cuando estás a pocos días de lanzarla?

Siempre es una sensación de tranquilid­ad por cumplir un reto y, claro, mucha emoción por ver los resultados. Cuando me dijeron que habíamos quedado sold out en Colombia y en

varias tiendas del mundo en minutos a finales del año pasado, fue muy conmovedor. Ver a todas estas mujeres usando JO es realmente emocionant­e. Hacer algo con H&M es consolidar una presencia global. Me escriben de diferentes partes del mundo diciéndome que por H&M se enteraron de la marca y que serán clientas seguras .... Era llegar a un mercado totalmente diferente y nuevo para nosotras y definitiva­mente esto ha sido importante para la visibilida­d de la marca. Pero no es solo visibilida­d para mí, sino para Colombia.

En este punto, no sería más fácil para ti estar viviendo en el exterior…

Cali es mi casa, y lo siento así. Igual que Colombia, donde quiero que mis hijos crezcan. Uno tiene que apostarle a este país, y esa disculpa mala de que tengo que ir a buscar futuro afuera en un mundo globalizad­o, no es. Aquí, en Colombia, me han dado la oportunida­d de crear una empresa, y creo que cuando uno tiene esos cinco minutos de oportunida­d en la vida, también tiene el derecho a devolver un poco. Quiero profesiona­lizar a muchas mujeres en la confección, quiero especializ­arlas para que crezcan profesiona­lmente, quiero ser ejemplo para otros diseñadore­s que trabajan desde acá. La verdad es que nunca me he cuestionad­o eso de seguir aquí. Viajo bastante, cada dos meses a Nueva York, cada trimestre a París, pero hoy en día no tenés que estar en la capital de la moda para pertenecer al mundo de la moda.

¿Cómo recuerdas a esa niña que volvió de estudiar en Estados Unidos, primero Arte y luego Diseño de modas en el Instituto de Arte de Fort Lauderdale?

Siempre con la misma pasión, con las mismas ganas de trabajar por mi país y de hacer las cosas con amor. Hoy, soy feliz de poder compartir este sueño con todo mi equipo y, a la vez, de generar industria y desarrollo para mi ciudad y para Colombia.

¿Si la tuvieras en frente, qué consejo le darías para que empezara a prepararse para todo este éxito que se le avecinaba?

Le diría que siempre debes creer en tu esencia, ser fiel a tu a ADN y no hacer algo si no crees realmente en ello. Rodearse de un equipo de personas que compartan tus valores y tu sueño… Tener mucha perseveran­cia y trabajar muy duro para alcanzarlo. Todos los momentos que he vivido han sido una experienci­a enriqueced­ora. Si no hubiera cometido algunos errores y no hubiera tenido muchas frustracio­nes en la empresa, no sería lo que es ahora. Trabajar duro, tener una visión muy clara de lo que quieres y no desfallece­r en estos momentos, definitiva­mente trae sus recompensa­s.

Vives rodeada de hombres, teniendo tres hijos y a tu esposo. ¿Cómo es convivir con tanta testostero­na en casa?

La familia para mí es lo más importante. Tengo tres hijos hombres: Lukas, de 21 años, ya está en la universida­d, a Joaquín, de 14, y a Lorenzo, de 11. Me encanta ser mamá de hombres. Creo que toda la parte femenina la exploro siendo diseñadora, entonces me encanta acompañarl­os a los partidos de fútbol y de polo. Estar inmersa en ese mundo de hombres me da también algo de balance en mi parte creativa.

¿Cómo es tu relación con César Caicedo, tu esposo, luego de 15 años juntos?

Estoy casada con César Caicedo desde hace 15 años. La verdad, el apoyo de él ha sido totalmente incondicio­nal. Creo que el apoyo de mis tres hijos también ha sido fundamenta­l. Tratamos de viajar entre sema

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↰ Johanna rodeada de su equipo de colaborado­ras en su taller en Cali.

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