papá jaime
El mundo está cambiando constantemente. La cultura de cada país, sus costumbres y creencias también evolucionan todo el tiempo. Lo que hoy vemos como aceptable, en años anteriores era totalmente inaceptable; lo que hoy es bueno, anteriormente era considerado malo. El ser humano se va ajustando a las circunstancias y a los cambios generacionales para poder desenvolverse sanamente dentro de su medio.
Hace ya más de 40 años, tuve la magnífica oportunidad y el privilegio de contratar a las dos primeras valientes mujeres que trabajaron en la exploración sísmica en un campamento petrolero aquí en Colombia. Cuando ellas llegaron a aquel campamento la sorpresa fue enorme, ya que en esa época las miraban como si fueran un bicho raro, porque no entendían cómo esas lindas mujeres podían también ser inteligentes, pues la mujer era vista como un simple objetivo sexual y nada más. Pasaron por gran cantidad de adversidades en ese campamento petrolero donde había más de 150 hombres, pero muy pronto nos demostraron ampliamente su capacidad de liderazgo y creatividad, destacando el compromiso, la pasión y la responsabilidad que la mayoría de ellos no tenían. Rompieron el paradigma machista, rígido y estúpido de aquella época al aportar magistralmente lo mejor de ellas y al mostrar que su forma de mirar las cosas era diferente a la de los hombres. El empoderamiento que lograron fue increíble, ya que enfrentaron sus miedos sacando el coraje y la valentía que estaban dentro de ellas. En el clima laboral se dieron cambios espectaculares, pues hicieron que la comunicación fuera más asertiva y se cuidaran mejor los procesos, ya que ellas eran muchísimo más detallistas y, como si fuera poco, su liderazgo altruista, humano y amoroso prevenía el maltrato y la discriminación absurda de esa época.
Si observamos a través del tiempo la evolución que ha tenido el papel de la mujer dentro de la sociedad, veremos que existen muchos cambios grandes e importantes, ya que ella ha comenzado a ser tenida en cuenta en espacios que antes eran dominados netamente por el hombre, como son los campos político, económico, intelectual e incluso religioso. Sin embargo, vemos que hay algo que no cambia y que se mantiene intacto a pesar de toda la evolución que existe en el mundo, y es el verdadero poder que tienen las mujeres, ese poder que es natural, que es parte de su esencia femenina y que muchos han tratado de apagar a través de los tiempos. Ese poder mágico del que hablo es tan obvio y natural que muchas mujeres no lo entienden, no lo perciben y no lo explotan. Es más, muchas piensan que ese poder es un obstáculo para conseguir sus propósitos porque creen que las hace débiles y demasiado sensibles.
Ese poder del que hablo es el rol espiritual que tienen las mujeres en el mundo. Y es importante que entiendan que son ellas quienes tienen la fuerza para cambiarlo. A pesar de haber sido ignoradas, maltratadas, despreciadas y acalladas durante tantos años, ellas siguen intactas, llenas de fe, amor y pasión por la vida, y eso es precisamente por esa chispa poderosa interior que viene con ellas y que las ha acompañado durante miles y miles de años a través de la historia.
¿Pero, qué es ese rol espiritual del que les estoy hablando? ¿Qué es eso que las hace diferentes de los hombres y las hace tan poderosas? Es aquel poder y sensibilidad intuitiva que tienen las mujeres para cambiar el miedo por amor; aquel poder que hace que donde haya oscuridad salga la luz; que donde no haya esperanza aparezca la ilusión; que donde haya soledad y tinieblas lleguen el coraje, la luz y la entereza. Todo ese poder es dado por el corazón, el mismo que las hace sensibles, amorosas y tiernas.
Si eres mujer y tienes duda de lo que tu corazón te está diciendo, haz un alto en el camino y escúchalo amorosamente en silencio, porque él nunca se equivoca, él será tu guía en tu camino y es el que va a hacer que el cambio que quieres ver en este mundo se pueda dar, ya que cuando tú cambias, el mundo se transforma.