¿Cómo superar a tu expareja?
Esta
es una pregunta que llevo haciéndome desde que me divorcié, es más, desde que finalicé otras relaciones. Y no tiene nada que ver con el amor, a veces, ya no hay. Es solo apego, costumbre, y claro, miedo a estar sola.
El verdadero reto debería ser, ¿cómo superar mis propios miedos? ¿Por qué cuando terminamos una relación somos especialistas en ver nuestras propias debilidades para transformarlas en culpas y de alguna manera llevar el peso de que se terminó la relación? Saben, a pesar de nuestros esfuerzos, que a veces dan muy buenos frutos haciéndonos sentir peor de lo que estamos, por decirle adiós a una persona en nuestra vida, debo aclarar que una relación no se acaba por una sola persona. Siempre, siempre, siempre, están los dos involucrados. ¿Cómo? De diferentes maneras, ya sea desconectándonos, alejando a la pareja por nuestros propios miedos, autosaboteándonos (debo reconocer que en ésta soy casi especialista), o incluso, olvidándonos de quienes somos para agradar al otro.
Y eso es un peso muy grande, que tarde o temprano se cae. Allí hay deshonestidad y no solo con la pareja sino con nosotros mismos. Después de estudiar, vivir y tratar de entender el amor de pareja, debo confesarles que he entendido que no hay verdades absolutas ni algo bueno o malo. Cada pareja llega a su negociación, sí así suene crudo, pero es importante poner reglas, limites, miedos y sueños sobre la mesa. Sin filtros, sin estrategias, las cosas como son. Cuando nos engañamos por tener pareja, se va a caer o vamos a vivir con esa máscara y ese peso que irremediablemente nos va a llevar a la infelicidad.
Mi conclusión frente a esto, es que el amor hay que vivirlo desde lo que somos, con menos expectativas y simplemente metiéndole la ficha todos los días. No habrá nunca un “para siempre” sino trabaja
Periodista, presentadora, 'coach' saludable, mamá y amante de los deportes. Está especializándose en temas de pareja, como el amor. mos en el hoy. Y no va a haber un nuevo amor si tenemos el corazón ocupado en el ‘ex’.
Más allá de dejarlo de seguir en redes o de alejarnos de su círculo social, lo que hay que hacer es trabajar en nosotros mismos. En nuestros sueños, en las cosas que nos dan felicidad y calma. Después de que estén llenitos de amor propio, aunque suene cliché, es tan necesario para el crecimiento personal, para la tranquilidad y claro para el otro amor. Porque una vez estén llenitos, los fantasmas del ‘ex’ tomarán sus maletas y ya no dolerán, solo serán un vago recuerdo de una relación fallida. Y esos nuevos prospectos estarán listos para empezar a llegar, porque el amor propio es como la miel, es una luz especial, que sí o sí, va a llamar la atención de todos, hasta la de un nuevo amor.
Así que antes de abrir el corazón a otros, ábranlo a ustedes mismos. Después llegará ese compañero o compañera de camino para compartir una nueva lección de amor.