carolina cruz
Hola,
hola, queridos lectores de Revista ALÓ, mi gran familia ALÓ. ¿Cómo va esta cuarentena? ¿Cómo se han sentido? Espero que por estos lados, por lo menos, todos estemos bien de salud. Han sido días diferentes y seguramente para muchos difíciles, pero de los cuales seguramente hemos aprendido mucho.
Se vale llorar, se vale sentirse impotente, se vale sentir rabia. No es normal lo que vivimos, pero estoy segura de que vendrán tiempos mejores para todos. Quiero aplaudir y felicitar a las familias que estudian con sus hijos en casa, que trabajan desde el hogar. Bravo por las mujeres que solitas lo hacen todo, los papás que solitos también lo logran, Dios los bendiga, son unos HÉROES, al igual que nuestro equipo de médicos, que se han convertido en lo más importante en este momento tan complicado para el mundo entero.
Hoy en #Vitalmenteconcarocruz les quiero hablar de mi papá, Iván Cruz Alzate. Tulueño, alto, espigado, mono, lindo, noble, organizado, dulce, leal y encantador.
Muchos dicen que los papás se convierten para las mujeres en el primer amor de nuestras vidas, pero mi papá, más que mi primer amor, fue y será siempre mi primer ejemplo, el ejemplo de trabajo, esfuerzo, honestidad, transparencia, bondad y muchísimas más cualidades. Siempre he sido 'la niña de sus ojos', se le hincha el pecho cada vez que escucha algo positivo de mí, se pone como un pavo real y, ahora con
Matías, mucho más, ya que es exacto a él y eso le alimenta el alma. Mi padre es un hombre lleno de bondad, y eso se lo aplaudiré siempre.
Mi hermano y yo crecimos en un hogar que nunca tuvo lujos, fuimos una familia de clase media, nunca nos faltó nada, pero aprendimos el valor de cuidar y –valga la redundancia– valorar los momentos especiales como las vacaciones, que eran esos viajes divinos que hacíamos a Medellín en carro, porque no podíamos ir en avión. Siempre tuvimos la compañía, el amor, la educación y el ejemplo de mis padres. Ellos, después de 20 años de casados, se separaron, pero siempre hemos mantenido una muy buena relación, siendo muy unidos, apoyándonos en los sueños de cada uno. Siempre seremos una familia y le agradezco a Dios poder tenerlos vivos, sanos y bien. Hoy, lo que más extraño y valoro es un beso y un abrazo de mi familia.
Cuando llegó Lincoln a mi vida encontré en él muchas cosas similares a mi padre, y creo que las mujeres tratamos de buscar algo así en un hombre. Que sea honesto, trabajador, bondadoso, noble, en fin, no terminaría nunca de revelar nuestros deseos femeninos... Desde que llegó Matías a nuestras vidas, él ha tratado de ser el mejor padre del mundo, con errores como todos, pero es muy, muy especial con nuestro hijo, y a medida que van pasando el tiempo y los días se compenetran más y más en juegos, planes y momentos. Hoy entiendo más que nunca que la clave de un hogar son los momentos, la paz, la calma, el amor, el respeto, la tranquilidad y el equilibrio, eso es lo único que nos queda y lo que nos forma como buenos seres humanos, trabajadores y capaces, que le suman a la sociedad. Quiero enviarles un beso y un abrazo enorme a todos los padres en su día y en su mes, que Dios los siga motivando a ser el gran ejemplo para sus hijos. Los amamos y sin ustedes nuestras vidas no serían igual de felices.