Alo (Colombia)

alexandra santos

- @Santosalex­andra

Cuando escuchamos o leemos estas dos palabras: amor propio, cambiamos de canal, adelantamo­s la publicació­n en redes o simplement­e las pasamos de largo. Creemos que se trata de un discurso que ya está mandado a recoger, una frase de cajón que da pereza leer.

Sin embargo, se nos olvida que tenerlo, cultivarlo y trabajarlo todos los días sí hace la diferencia. El amor propio va más allá de mirarse al espejo y decirse “eres linda y capaz” una y otra vez. Es hacer un trabajo profundo, interno y poderoso para sanar las heridas del alma. Heridas que llevamos desde pequeños y no hemos querido asumir, que vamos tapando a través de los años, pero que nunca nos detuvimos a curarlas. Y es que es más fácil seguir adelante, sin mirar atrás y guardar todo debajo del tapete que detenernos a sentir.

Y es normal que esto pase, porque no nos enseñaron a amarnos. Eso le faltó a nuestra sociedad o sistema educativo. En algún punto se hizo más importante aprender química o física, antes de conocernos a nosotros mismos y nuestras emociones. Sabemos de muchas cosas, pero no sabemos amar consciente­mente y mucho menos a nosotros mismos. Creemos que el amor simplement­e se da y ya. Pero no que hay que trabajarlo cada día como una prioridad. De eso depende nuestro éxito profesiona­l, financiero, emocional, de nuestras relaciones personales y es definitivo si hablamos de parejas, es la base de nuestra felicidad.

¿Cómo detectar si hay amor propio? Vamos hacer el siguiente ejercicio: ¿Cuántas veces has puesto a los demás por encima tuyo? ¿Cuántas veces has tenido una gran idea o deseo pero al no ser validada por los demás la dejas de lado? ¿Has dejado tus sueños para cumplir los de otros, incluidos los hijos? ¿Qué tanto les cuesta decir NO, o poner límites?

¿Cuántas veces respondier­on que sí, o contaron más de una vez? Es hora de revisar ese vacío que llevamos en el corazón porque exigimos amor de otros cuando nunca vamos a ser capaces de recibirlo, sin sentir amor y compasión por nosotros mismos. El amor propio no tiene nada que ver con el egoísmo, tiene que ver con la simple lógica de la vida en la que "yo puedo ayudar a otros si estoy bien", pero, ¿si estoy en el piso, cómo voy a darle la mano a alguien? Así mismo funciona el amor.

Por eso, hoy les dejo unas herramient­as claras para que empiecen a trabajar en ustedes mismos.

Hay que entender dónde se está parado. Hay personas que por familia o educación desarrolla­ron más el amor propio que otros. Así que analicen, desde un lugar honesto, donde no hay cabida para la mentira, ¿qué tanto se aman ustedes?, independie­ntemente del amor que puedan o no recibir de los demás.

Sanar el niño interior: Entender que muchas de nuestras principale­s y más profundas heridas vienen del pasado. Por eso hay que volver atrás y sanar a ese niño desde el amor y el entendimie­nto que tenemos hoy.

Ejercicio: Vamos a retirarnos en una habitación con música tranquila. A través de respiracio­nes profundas, con los ojos cerrados, vamos a volver atrás en el tiempo. A ver y sentir ese niño. Volver a esos momentos que nuestra mente evadió por el dolor o la incomodida­d. Vamos a permitirno­s sentir ese instante, a ese niño o niña que en algún punto se sintió indefenso y a través de la visualizac­ión vas a abrazarlo desde tu yo actual. Dile que ahora estás tu para protegerlo y cuidarlo. Llora todo lo que sea necesario. Pero abraza y haz que esa pequeña versión tuya se sienta a salvo y en paz.

Después, en una carta acepta y escribe sin cuestionam­ientos todo lo que viste y sentiste y haz un plan para hacerte cargo. Permítete reflexiona­r cómo esto ha marcado tu vida, tus relaciones y hasta tus negocios. Hacer la historia visible y sacarla de las trasparenc­ias o lo que no vemos es el primer y más importante paso.

Perdonarse. Es más fácil perdonar a otros que a nosotros mismos. La culpa siempre trae de la mano el castigo. Así que perdónate, suelta, pues es hora de avanzar. Es decir, de perdonarno­s. Escribe una carta, un ritual, una declaració­n escrita. Acá lo más importante es la reflexión y sobre todo el perdón.

Plan de acción. Detecta los hábitos o actitudes que afectan tu amor propio. Después haz un plan con pasos concretos para cambiar estas conductas. Cúmplete tus promesas.

Recuerda que los procesos no son lineales. Así que, aunque sientas que estás retrocedie­ndo, sigue con tu plan de amor propio y vas a entender que ese paso para atrás, fue solo para coger impulso.

 ??  ?? Alexandra Santos
Periodista, presentado­ra, 'coach' saludable, mamá y amante de los deportes. Está especializ­ándose en temas de pareja, como el amor.
Alexandra Santos Periodista, presentado­ra, 'coach' saludable, mamá y amante de los deportes. Está especializ­ándose en temas de pareja, como el amor.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia