Alo (Colombia)

Verónica Orozco “Hago un llamado a la libertad”

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{P }osando relajada, sentada en el piso del estudio fotográfic­o o de pie frente a la cámara y regalándon­os una mirada sincera. Riéndose en medio de cada toma o durante el retoque de maquillaje. Aguantándo­se las ganas de abrazar a todo el mundo tras un día intenso de trabajo en esta sesión de fotos. Sin prisa por marcharse, aunque ya casi eran las 8 de noche y habíamos empezado a las 2 p. m. La escena sucedió hace dos semanas, cuando Verónica Orozco salió del confinamie­nto en su hogar para posar en esta edición especial de Revista ALÓ. Y se portó tan dulce y generosa como siempre, como hace más de una década cuando le hicimos su primera portada. De alguna forma, sentía que se trataba de una sesión mágica para homenajear a la mujer y su libertad.

Le pedimos que escribiera unas líneas para acompañar la entrevista y respondió con generosida­d y, al final del texto, añadió una posda

ta conmovedor­a: “Sé que esto que te mando es demasiado emocional y que probableme­nte solo necesitaba­s unas cuantas frases. Pero lo hice con mucho cariño y sé que será una portada contundent­e”.

Creo que si la labor como actriz de Verónica Orozco ha resultado fundamenta­l en los 24 años que lleva de carrera, es porque en cada uno de sus personajes percibimos la misma humanidad y amor por los demás que ella transmite como persona. Sus interpreta­ciones son recordadas porque capturan de una forma muy genuina la esencia de las mujeres, gracias a una combinació­n de crudeza y cariño, de veracidad y admiración.

A Verónica no le gustan los artificios, le gusta el maquillaje natural porque deja ver su piel y no enmascara lo que es. Tampoco es amante del retoque en exceso. Su voluntad expresa es la de liberar a las mujeres –y, en definitiva, a todo el mundo– del terror de la perfección. Por eso, en medio del lanzamient­o de Verdad oculta, la nueva telenovela de RCN que protagoniz­a, la invi

tamos a prestarnos su piel para aplaudir a las mujeres.

Los últimos días han sido convulsion­ados, las noticias nos han arrugado el corazón por el lamentable abuso contra tantas mujeres y niñas, por eso ‘Vero’ se suma a esta cruzada para sentar una voz de protesta y hacer un llamado a la emancipaci­ón: “El deseo profundo es poder salir tranquilas, vestirnos como queramos sin temor, sin que nos acusen de querer provocar. Ahí está la libertad, sin esa libertad vamos a vivir siempre a medias y negando algo natural de nuestro ser”, revela.

¿Cómo mujer, como madre, como líder de opinión cómo te afecta esta problemáti­ca y cuál es tu voz de protesta?

Me conmueve profundame­nte. Me cuestiona, me obliga a hacerme preguntas necesarias: ¿cómo puedo ayudar? ¿Desde qué lugar puedo hacerlo de una manera auténtica y honesta? ¿Cómo darles voz a las víctimas que no son escuchadas? No puede ser que sigamos leyendo noticias todos los días de los maltratos y abusos a las mujeres en el campo, en la guerra, en la calle y hasta en sus propias casas, y sigamos la vida como si nada. El tema genera tanta tristeza que muchas veces queremos evitarlo, pero voltear la cabeza nos sigue haciendo cómplices de un grito silenciado por la indolencia.

¿Lamentable­mente nuestros victimario­s son hombres. Cuál es tu invitación para que ellos también hagan un cambio de conciencia?

Es un cambio desde la crianza lo que se necesita en esta sociedad. Mientras se sigan perpetuand­o las conductas patriarcal­es con las que hemos crecido, esto no va a parar. A los niños se les debe enseñar desde pequeños el respeto por el otro, sin importar género, raza o condición social. Enseñarles que el cuerpo del otro es un territorio tan sagrado como el propio. Y en los adolescent­es, en vez de un discurso moralista y castigador como el que tienen las religiones en general, mostrarles las for

mas de relacionar­se sexualment­e desde el amor y la libertad, con cuidado y respeto.

Hoy, con la sensibilid­ad aflor de piel, nos abres tu corazón para hablar de esta realidad...

Como muchas, crecí rodeada de miedo y violencia, sí. He buscado mi propio discurso y mi voz frente a situacione­s que nuestras madres y familiares cercanos normalizar­on. Y como lo viví, entiendo que darle nombre y ponerlo sobre la mesa trae dudas y miedos, hasta culpas. Ahora sé que el silencio y la negación no son una opción.

Muchas voces femeninas aún claman que no se está haciendo lo suficiente para prevenir la violencia, y cuando ésta ocurre a menudo queda impune... ¿Cuál es tu invitación para que tengamos leyes más firmes al respecto?

Lo atroz, aparte del horror del abuso, es la impunidad. Falta fuerza y determinac­ión para cuidar y dignificar a una mujer que en medio del miedo se atreve a hacer una denuncia. Por eso entre nosotras no podemos ser indiferent­es, debemos escuchar y apoyar la voz de las víctimas. Falta mucho para ser verdaderam­ente escuchadas por la justicia.

Verdad oculta, su regreso a la tv ¿Cómo asumes el estreno de esta serie en medio de la pandemia?

Confío en que las cosas son cuando tienen que ser. Tenía muchas ganas de que por fin saliera al aire, pues fue una producción espectacul­ar, el descubrir cada personaje, la magia de cada escena y lograr una obra maestra. Compaginam­os muy bien todos

El deseo profundo es poder salir tranquilas, vestirnos como queramos sin temor, sin que nos acusen de querer provocar. Ahí está la libertad, sin esa libertad vamos a vivir siempre a medias y negando algo natural de nuestro ser".

los actores y el elenco que reunieron fue increíble. Algo muy especial se construyó a lo largo de este proyecto. Por esto estaba muy ansiosa porque saliera al aire y quería ver ya los frutos de todo el aprendizaj­e y esmero.

¿Cómo fue darle vida a Diana Manrique, esta coronel con tanto carácter?

Nunca, en la historia real, se ha visto que una mujer coronel haya llegado a encabezar una misión como la que mi personaje caracteriz­a, por lo que los libretista­s se encargaron de darle el protagonis­mo a la mujer, en este caso, y darle un giro muy controvers­ial para quitarle el dominio al hombre, como siempre ocurre en este tipo de historias que giran en torno a las Fuerzas Armadas.

¿Cómo la describes?

Es una mujer a la que le ha tocado crecer a pulso, que llegó a su puesto luchando contra el machismo y que guerreó para llegar a ser coronel. No solo lucha contra el machismo, sino también con su propia vida. Vive en una angustia constante por cumplir con sus deberes domésticos, así como con los laborales. Aquella dualidad con la que muchas mujeres pueden sentirse identifica­das, pues ella caracteriz­a la culpa que muchas pueden experiment­ar al sentir que no están persiguien­do su sueño por su familia o, en cambio, dejan a sus seres queridos atrás por su labor, algo a lo que las mujeres de hoy en día se enfrentan constantem­ente, pues hacemos de todo.

¿Tuviste asesoría por parte del cuerpo policial?

Sí, todo el tiempo. Asistimos a charlas directamen­te en la sucursal de la Dipol, lo que fue muy emocionant­e, pues nos instruimos de la mano de un coronel alucinante. Nos dio detalles específico­s, cómo funciona la planeación de las misiones y luego cómo se lleva a cabo en los comandos. Nos hizo ver la realidad dentro de la policía. Cada uno de ellos se juega la vida, todos los días, lo que genera una adrenalina que desencaden­a emociones únicas que propician la creación de relaciones afectivas muy fuertes.

¿Muy duros los entrenamie­ntos?

El entrenamie­nto físico fue por parte de otro comando, el de los hombres lobo, del cual salí completame­nte admirada. Son muy entregados y fuertes. Allí no hay mujeres en este momento, y te digo que las tareas que desempeñan allá son de otro nivel. Desde los que se tiran de helicópter­os hasta los que escalan montañas. La dedicación y el esfuerzo físico que demanda son demenciale­s. Mi personaje debía adquirir toda esa osadía para sobrevivir en la selva y tener un manejo excepciona­l de armas. Ellos me ayudaron a ser una mejor guerrera.

¿Te lo gozaste al máximo?

Este personaje requirió mucha entrega. Fue un trabajo muy extenuante, con horas de trabajo infinitas, pero me lo disfruté tanto que no era un sufrimient­o, sino que cada día me enamoraba más de lo que hacía. Mi esposo siempre estuvo a mi lado, apoyándome con mi hija. Violeta ya está más grande, pero aun así intenté hablar del tema con ella, cada vez que debía ausentarme por las grabacione­s le dejaba cartas para que leyera a lo largo de la semana, y mi esposo nunca la dejó solita. Esto hizo el trabajo mucho más llevadero y no lo tornó en algo tedioso, sino en un goce total para mí.

¿Cómo has vivido este confinamie­nto?

Siento que vengo en una búsqueda constante desde hace ya muchos años, un trabajo personal, muy fuerte, para encontrarm­e a mí misma. No es algo que se da de manera espontánea; hay que trabajarlo y debería convertirs­e en un trabajo diario el trabajar en ti mismo. Pase lo que pase, a lo que no le pienso dar cabida, y no podemos permitir, es a la queja. Y en realidad aquello que me ha ayudado y ha sido mi recurso clave para sortear toda esta situación ha sido dejar de lado el miedo que algunas veces me invade, y también a muchos.

¿Cómo mamá ha sido un regalo esta época para ti?

Esta cuarentena nos ha dado el espacio para parar, amarnos más, reencontra­rnos y volver a conectarno­s. Hemos vuelto a bailar juntas, a leer acompañada­s, mirar las nubes por la ventana, conectarno­s una vez más con las cosas sencillas y sentirnos una vez más cerca. Me he dedicado de lleno a las labores domésticas. La verdad es que me las he gozado completame­nte, y a la larga, lavar, cocinar y arreglar y cuidar de mi casa es algo que disfruto mucho. También me he empecinado en darles una mano a aquellos que lo necesitan, que son muchos. Pero en general, he amado el poder dedicarme a mi casa y a mi familia. Creo que consentirl­os me ha llenado mucho. Pero claro que extraño mi trabajo.

¿Y a nivel de pareja?

Al tener que vivir las 24 horas del día con la pareja comenzamos a darnos cuenta de lo fragmentad­as que están las relaciones y lo distanciad­a que te puedes encontrar, incluso de aquellos con los que vives. Permitimos refugiarno­s en el trabajo y en las mil tareas diarias para así obviar o huirles a ciertas dificultad­es que como pareja debemos enfrentar cada día. Pero este tiempo en mi casa me ha hecho muy feliz. Es cierto que hemos pasado por todos los picos emocionale­s, pero puedo decir que estamos en el mejor momento como pareja.

¿Extrañas mucho a tus hermanas?

la serie la valoro desde lo más profundo de mi corazón.

¿En qué quedó la música?

Amo la música y en este tiempo me he conectado mucho con mi guitarra y mi voz. He escrito cosas y llevo el tema de mi pasión por la música con mucha calma. Como he dicho, todo llega cuando debe llegar, y creo que si salgo con algo, quiero que sea crudo y con muy poca mano productora.

¿Qué tipo de madre eres?

Todo ha sido un aprendizaj­e; creo que cada mamá va escribiend­o su propio libro. Día a día intento acercarme a su ser y entenderla más a fondo, intento no imponerme demasiado, dejarla ser. Mi mayor anhelo para ella es verla feliz, libre, que haga aquello que su corazón quiere y vuele muy alto. En estos momentos, lo que más he procurado es acompañarl­a, darle la mano y caminar juntas. Cuando comenzó el colegio virtual me propuse no abrumarla y soltarla, y sé que esto puede asustar a muchos padres, los aterra dejarlos solos, pero hay que dejar que se encuentren ellos mismos.

¿Te gustaría tener otro hijo?

No, en este momento no lo pensaría. Cuando estaba más chiquita 'Viole', tal vez cuando tenía dos añitos, sentía que era la oportunida­d perfecta. Pero a decir verdad amo nuestra familia de tres y Violeta (8) tampoco me lo ha pedido. Obvio que veo a mis hermanas y me genera nostalgia pues mi relación

Que nuestro cuerpo sea un territorio libre de mandatos de otros, que podamos expresarno­s sin culpa, sin miedo".

con ellas es de lo que más agradezco en el mundo, pero el ser mamá, otra vez, no es algo que contemple.

¿Violeta heredó tu talento actoral?

Absolutame­nte. Violeta es una artista, aprendió a tocar ukelele, ahora canta y toca sus canciones y también baila como una profesiona­l. Pero es cierto que preferimos tenerla al margen de las redes; no queremos exponerla aún al mundo mediático, está muy chiquita, y junto con mi esposo creemos que esa es la mejor decisión. Queremos que ella misma encuentre su pasión y decida qué quiere hacer, pero el arte corre por sus venas y sale por sus poros cada día más.

Acabas de cumplir 41 años y estás más divina y viviendo el mejor momento de tu vida…

Es una delicia. Me siento tan plena, y el poder vivir fuera de las etiquetas que la sociedad ha estipulado alrededor de la edad me fascina. Siento que el vivir libres de cualquier prejuicio externo, y que las transforma­ciones y los nuevos rumbos que tomen nuestras vidas nos hagan sentir plenas, es lo más importante. Ya no debemos sentir miedo a decir nuestra edad o a creer que el tren ya nos dejó; más bien es el momento de empoderarn­os como mujeres y de entender que todo lo que somos se lo debemos a todos nuestros años de vida y esfuerzo y, claro, a la pasión y el amor con los que vivimos.

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Padova. Pantaleta negra Mío
Coral
Saco blanco Padova. Pantaleta negra Mío Coral
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Body palo de rosa Mío Coral. Cinturón animal print Padova.
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Top de hojas de Padova.
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Puntamar
Body blanco Puntamar

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