Alo (Colombia)

Nuestro peor enemigo

-

Muchas

veces he pensado si yo soy la única que tiene miedo de hablar, de denunciar, de contar algo que me hicieron o que vi que le hicieron a alguien más; me he preguntado si he sido la única que ha tenido miedo de que la señalen o la juzguen por algo que dijo o simplement­e pensó… Somos millones las que hemos estado adaptándon­os a un sistema en el que el silencio ha sido nuestro “aliado” para sobrevivir y, sin darnos cuenta, nos hemos condenado a repetir una historia que hoy sigue acabando con nosotras, con nuestras vidas, con nuestros niños y niñas. ¿Cuántas cosas nos tienen que pasar o tenemos que ver para enfrentar esta batalla contra el silencio?

Durante 33 años de vida, yo también he caído en la trampa de creer que “calladita me veo más bonita”, que decir lo que pienso podría incomodar a ciertas personas y podría también poner en riesgo mi trabajo. Yo también he guardado silencio para no ser el foco de atención, yo también he sido cómplice de un sistema machista que muchas veces me ha consumido por dentro, pero, hoy, he decidido decir NO MÁS. No más a guardar un silencio que no le hace bien a nadie, que solo nos enferma más como sociedad, porque cuando a mis 15 años y vestida de scout, un hombre de más de 50 años vio que yo estaba sola, se bajó de su carro, se abrió el cierre de su pantalón y me mostró sus genitales en una calle de Medellín, un sábado a eso de las 10 de la mañana, yo también me paralicé, me quedé callada, esperé a que ese hombre entrara a la que imagino era su casa y nunca, repito, NUNCA les dije nada a mis papás.

Dieciocho años después, en un video que compartí en mis redes sociales el 13 de marzo de este año, mis papás se enteraron y la pregunta que me hicieron me la sigo haciendo a mí misma mientras escribo esto: “¿Por qué no dije nada?”. ¿Por qué tampoco dije nada cuando un exnovio borracho me gritaba por la calle todas las groserías que se le pasaban por la cabeza y yo solo lloraba y esperaba a que amaneciera para que él estuviera más tranquilo para poder seguir con nuestra vida “perfecta”? ¿Por qué cuando he sido testigo de conductas inapropiad­as en un set me he paralizado y no he sabido qué hacer o qué decir frente a eso? ¿Por qué cuando un tipo en la calle me tocó de manera indebida no reaccioné? Sé que he sentido culpa, vergüenza y frustració­n, pero también sé que, si bien es cierto que esto no tendría por qué haber pasado, como sociedad llevamos mucho tiempo haciéndono­s las preguntas equivocada­s, y así nunca vamos a encontrar las respuestas. He dejado de preguntarm­e “¿Por qué me pasó eso?, para preguntarm­e ¿Qué voy a hacer al respecto? Y les hago la misma pregunta: ¿Qué vamos a hacer? La respuesta no la vamos a encontrar en un gobierno que también nos ha dado la espalda y no nos ha protegido. La respuesta solo podremos encontrarl­a cuando TODAS decidamos unirnos en esta lucha contra el silencio. Solo cuando denunciemo­s y hablemos vamos a dejar de normalizar estas conductas y entenderem­os, por fin, que lo que le pasa a una nos afecta a todas. Necesitamo­s seguir rompiendo el silencio, necesitamo­s invitar a los hombres que tenemos en nuestras vidas a que entiendan que esta lucha también les pertenece a ellos. Esto no puede ser solo el tema de moda, este tiene que ser el comienzo de una historia que va a cambiar para siempre las cifras de feminicidi­os, de abusos y de maltratos. No permitamos que el silencio siga siendo nuestro aliado; tenemos que entender que el silencio es nuestro peor enemigo.

julieth restrepo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia