Máximas para empezar con el pie derecho y mantenerte en tu objetivo:
A la hora de comprar: el cambio comienza desde el proceso de la compra pues lo que lo que mercas es lo vas a tener en tu nevera o alacena y finalmente lo que te vas a llevar a la boca. Prefiere víveres vivos como frutas y verduras.
1. Basa tu alimentación en alimentos mínimamente procesados, priorizando los de origen vegetal, los que llevan un solo ingrediente en la etiqueta o los que no llevan etiqueta.
2. Complementa tu alimentación con alimentos ‘buenos procesados’, sin que sustituyan a los mínimamente procesados. El buen procesado suele estar envasado y en la etiqueta nutricional lleva de uno a cinco ingredientes.
3. Evita los ultraprocesados, productos con más de cinco ingredientes en la etiqueta, entre ellos azúcares, harinas, aceites vegetales refinados, aditivos y sal.
¿Cómo empezar? ¿Cómo elegir Comida real?
"Recomiendo que el 50 por ciento de nuestra alimentación esté basado en vegetales y también en frutas, verduras, hortalizas, legumbres y frutos secos. Todos los puedes consumir a diario y en buena cantidad sin tener miedo a decir, ¡me voy a pasar! Es cierto que los frutos secos tienen más calorías, pero no son tantas como se cree porque no se absorben todas, son bastante sanas. En la medida en la que incorpores víveres más sanos a tu dieta diaria podrás recobrar el funcionamiento natural de tu organismo y tomar consciencia de tus emociones", concluye el experto.