Mafe Yepes
A DIFERENCIA DE BRENDA CASTILLO, SU PERSONAJE EN ‘OSCURO DESEO’, LA ACTRIZ PAISA SE DESCRIBE COMO UNA MUJER SENSIBLE Y APASIONADA Y ASEGURA QUE SE ENCUENTRA EN UNA ETAPA DE PAZ CONSIGO MISMA. DESDE SU RESIDENCIA EN MÉXICO, DONDE VIVE HACE 8 AÑOS, NOS CONTÓ DE SU MÁS RECIENTE PERSONAJE Y DE SU EVOLUCIÓN COMO ACTRIZ. {T} Te vemos como Brenda Castillo en la serie Oscuro deseo. ¿Qué tal la experiencia en esta nueva producción?
Una experiencia muy bonita, fue muy enriquecedor haber trabajado para la productora Argos en México. Nunca había trabajado con ellos y hacer una serie original para Netflix fue maravilloso. Fue una participación corta, pero que disfruté muchísimo.
Te vimos alejada de la televisión por un tiempo, ¿a qué te dedicaste durante ese periodo?
Desde que terminé María Magdalena, me di un tiempo para mí, para estar más conectada conmigo y con mi familia. También estudié Coaching Ontológico en la escuela Newfield Network.
¿Cómo has visto hasta el día de hoy tu evolución como actriz?
Llevo 17 años en mi oficio, y la verdad me siento muy afortunada por la carrera tan linda que he hecho, porque he tenido la fortuna de hacer proyectos que se han
quedado en la memoria colectiva de las personas, como Rosario Tijeras o ‘la Diabla’ en Sin senos no hay paraíso. Estoy muy agradecida porque estos proyectos me abrieron puertas y me permitieron atravesar fronteras y que mi carrera se expandiera en mercados como México y Latinoamérica. A lo largo de mi profesión he aprendido mucho y he evolucionado como actriz. Yo me fui formando en el quehacer actoral y en la pasión por lo que hago, porque no soy una actriz que tenga una carrera en artes escénicas encima.
Si tuvieras que clasificar algunos de los personajes que has interpretado con estos adjetivos calificativos: frágil, estresante, ardiente, insensible, apasionada, extraordinaria, ¿a quiénes pondrías?
Frágil: Renata (Mentes en shock). Creo que Brenda también cabe en este adjetivo.
Estresante: Zulima (La piloto) y Caridad (Azúcar).
Insensible: Zulima (La piloto), ‘la Diabla’ (SSNHP) y Venus (La viuda negra 2).
Ardiente: Rosario Tijeras, Brenda Castillo (Oscuro deseo), Anel Noreña (José José).
Apasionada: Roberta Ballesteros (La teniente).
Extraordinaria: Maria Magdalena
¿Cómo recuerdas tus inicios en la actuación y cuál fue tu primera gran lección en este arduo camino?
Mis inicios fueron con Pura sangre, hacía dos personajes, a Venus y a Natalia, y fue bastante exigente porque era mi primer proyecto y en el cual tenía que interpretar a dos mujeres. De las cosas que más tuve que aprender y que me costaba mucho era la puntualidad. En este trabajo, la puntualidad y la disciplina son fundamentales. Y mi primera gran lección fue la humildad, porque estás aprendiendo y muchas veces hasta en tu proceso de aprendizaje entorpeces el trabajo de otros porque eres inexperto. Recuerdo que en el set de grabaciones en un principio yo era un desastre. Me paraba en la marca que no era, le tapaba la luz a mi compañero, me montaba en los textos de otros. Cometía
una cantidad de atrocidades, pero todas venidas de los nervios.
Estudiaste Psicología y Comunicación Social. ¿Hasta qué punto llegaste en estas carreras?
De Psicología estudié solo los primeros semestres, y luego de Comunicación solo me faltó un año para graduarme, porque decidí irme a Barcelona, y después de eso la vida me puso la actuación al frente.
¿Cuál, hasta hoy, ha sido el día más gratificante y emocionante de tu carrera?
Creo que cada proyecto trae su gratitud y su momento de aprendizaje y de felicidad, pero uno que me emocionó mucho fue cuando me gané el premio India Catalina como mejor actriz por Rosario Tijeras.
¿Cómo viviste esta cuarentena?
La verdad, fue muy bonita y tranquila. Los primeros cuatro meses estuve en Colombia con mi familia en la finca, en el campo muy tranquila, disfrutando tiempo de calidad con ellos. Hicimos una huerta entre todos, cocinamos, compartimos, caminamos. Me siento muy agradecida porque en mi cuarentena me sentí libre.
¿Cómo ha sido tu vida en México durante todo este tiempo?
Mi vida en México ha sido muy bonita. Yo vine aquí con la serie La teniente para TV Azteca. Inicialmente, venía por 6 meses y terminé quedándome 8 años, que son los que llevo viviendo en este país. Me ha dado cosas muy bonitas, me ha abierto las puertas, me ha abrazado; ha sido un país muy generoso conmigo a nivel profesional, personal y de crecimiento espiritual.
¿Qué fue lo que más te confrontó de esta situación?
Nada. Considero que uno se confronta cuando hay apego. Habiendo trabajado el desapego en mi vida, las batallas desaparecen. Lo único que me genera compasión es ver cómo el mundo se digitalizó y los vínculos hoy se dan a través de una pantalla. Esta ilusión de estar conectados colectivamente a través de los dispositivos ha corrompido la calidad de nuestros vínculos.