EL ALGORITMO DE AMAZON
“AMAZON ES UN depredador”, sentenció a comienzos de mes el agente literario Guillermo Schavelzon en su blog. Aunque las prácticas depredadoras del gigante del comercio en línea no son ningún secreto, en el texto titulado La librería más grande del mundo, contra libreros, editores y autores, el experto en libros se unió a la influyente organización estadounidense Writer’s Guild para denunciar un hecho particular: las nuevas condiciones para vendedores en Amazon. Este año la empresa de Jeff Bezos decidió poner a los revendedores de libros al mismo nivel que a las editoriales, eliminando la exclusividad que tenían estas últimas de la buy box (lugar destacado), en la que al comprador le sale la primera opción para comprar un libro. Para la empresa, sin embargo, eso no fue suficiente: además de abrirles el espacio a los revendedores, que pueden vender a precios mucho más bajos, hasta a veces a un céntimo, Amazon se habría ingeniado un algoritmo “que al parecer tiene en cuenta factores como el precio, la disponibilidad y el tiempo de reparto”, como afirmó el Writer’s Guild. Eso, en plata blanca, significa que los revendedores tendrán ahora muchísimas más posibilidades de aparecer en el buy box que las editoriales. El episodio, además de lamentable, revela una amarga ironía: Amazon es el cliente número uno de las editoriales. Y la triste realidad de eso apenas se empieza a entender, al decir de Schavelzon en su blog: “Resulta que el gran peligro para el libro no fue el e-book ni la concentración de la edición, sino el monopolio de la distribución. Convertido en el primer comprador de las editoriales, Amazon no demorará en imponerles condiciones con un poder decisivo sobre qué se podrá publicar y qué no”.