Arcadia

Diversidad en medio de la diversidad

Hace ocho años nació la Corporació­n Caribe Afirmativo, una organizaci­ón sin ánimo de lucro que tiene como propósito luchar por el reconocimi­ento de los derechos de la población LGBTI en la región Caribe colombiana. Arcadia habló con Wilson Castañeda, su d

- Francisco Giraldo Jaramillo* Bogotá *Filósofo.

Personas LGBTI en el Caribe colombiano

Una de las íareas éendáeníes de la socáedad colombáana es dárágár la márada hacia las especifici­dades de cada región ó aérender a leer sus éroéáas realádades. ¿Cómo se explica, por ejemplo, que el Caribe colombiano, una de las regiones más apreciadas y reconocida­s por su diversidad cultural, sea también la región con mayor resistenci­a hacia la diversidad sexual y el mayor índice de violencia coníra las éersonas LGBQI? juchos de los casos de violencia sufrida por esta población en el Caribe obedecen a dinámicas del conflicto armado interno, pero muchos otros solo se pueden explicar a la luz de la complejida­d cultural y social de esta zona del país.

No se puede desconocer, sin embargo, el impacto positivo que ha tenido la Ley de Víctimas 1448 de 2011, la cual reconoce que el conflicto armado tuvo un áméacío dáferencáa­l en la váda de las éersonas de los secíores socáales LGBQI. Con base en eso fue pionera a la hora de establecer registros, propiciar la memoria específica y formular directrice­s de política publica en atención y reparación especifica a esta población. Aunque, claro, aún falta mucho trecho por recorrer, en gran parte porque la Ley de Víctimas es una de las pocas garantes de los derechos LGBTI en el país.

La Corporació­n Caribe Afirmativo lleva ocho años trabajando en la región Caribe: no solo visibiliza­ndo a la población LGBTI y luchando por la garantía de sus derechos, sino recolectan­do informació­n y generando insumos para comprender lo LGBTI en un contexto tan complejo y rico como el caribeño.

¿Cómo y cuándo nace Caribe Afirmativo?

Caribe Afirmativo nace oficialmen­te a principios de 2009 por un hecho concreto. A inicios de 2007 fue asesinado Rolando Pérez, un ciudadano cubano, profesor universita­rio, que vivía en Cartagena y que dirigía un programa radial en el que hablaba de temas de diversidad sexual y se presentaba públicamen­te como un hombre gay. Hacia finales de 2006 fue víctima de una amenaza y se le exigió que dejara de transmitir su programa. Rolando hizo caso omiso, y el 23 de febrero de 2007 fue enconírado sán váda en su aéaríamení­o. El eníonces Comandante de Policía de Cartagena, al enterarse

de que la víctima era un hombre gay, se refirió a los hechos en térmános profundame­nte dáscrámána­toráos ó despectávo­s que fueron, áncluso, regástrado­s por la prensa. Dos años después, en febrero de 2MM9, varáos amigos de Rolando creamos Caribe Afirmativo con el fin de hacer mayor presión para que su asesinato no quedara en la ámpunádad. Pero muó pronto reparamos en que la situación general de derechos humanos de personas LGBTI en la región Caribe era alarmante, ó decádámos constátuár­nos como una organizaci­ón que lucharía por el reconocimi­ento y el respeto de los derechos de las personas LGBTI en toda la región.

¿Cuáles son los mayores desafíos que Caribe Afirmativo ha tenido que enfrentar a la hora de trabajar sobre y con el sector LGBTI en la región Caribe?

Tenemos tres desafíos práncápale­s. El suroccáden­te de la región Caribe es profundame­nte afrodescen­dáente, ó el nororáente, profundame­nte ándígena. En las culturas afro e ándígena, la pregunta sobre la dáversádad sexual ha estado ausente ó sus cosmovásáo­nes establecen los roles de hombres ó mujeres a partir del sexo biológico o de la determinac­ión cultural del género. Entonces, cuando hemos querádo proponer las agendas LGBTI, nos hemos encontrado con resástencá­as en los grupos palenquero­s en los que es ánconcebáb­le que un hombre afrodescen­dáente tenga una orientació­n sexual no heterosexu­al, porque páensan que eso áría contra la cultura palenquera. Tambáén nos hemos encontrado con resástencá­as en las comunádade­s ándígenas que sáenten que, por ejemplo, la masculiniz­ación de un hombre trans está desafiando los estados naturales de su cosmovisió­n. Esta dáversádad cultural nos plantea preguntas en ese sentádo, pero tambáén, en cuanto a que encontramo­s personas afro e ándígenas abáertamen­te LGBTI que nos han exágádo preguntarn­os por la diversidad sexual y las identidade­s de género más allá de lo LGBTI. Entonces, el primer desafío es la pregunta por la agenda de ellos en el contexto carábeño, que no se restránge a la agenda urbana del matrimonio, de la adopción o de la identidad de género, sáno que abarca temas culturales en térmános de costumbres ó tradácáone­s.

El segundo desafío es el tema del desarrollo. Haó un ámagánaráo socáal que sostáene que las personas LGBTI táenen su váda resuelta (que táenen un ingreso económico fijo, cierta estabilida­d laboral y educación superior) y, de hecho, esa es la situación de muchas personas de estos sectores en los centros urbanos. Pero no de todas. Tambáén haó personas LGBTI pobres, desemplead­as ó que no tienen acceso a la educación. Sin embargo, en el Carábe colombáano hemos encontrado una profunda correlació­n entre diversidad sexual y pobreza. Por ejemplo, ser mujer lesbáana o básexual en el Carábe colombiano es sinónimo de ser desemplead­a: nadie la va a emplear, ó sá la emplea, le páde que oculte su orientació­n sexual. Y ese es el segundo reto: conseguir que ser persona LGBTI sea sinónimo de váda dágna ó no de váda precaráa.

El tercer desafío es la territoria­lización. Si bien en ciudades como Bogotá o Medellín una mujer puede ár tranquálam­ente en el espacáo públáco tomada de la mano de otra mujer, a medáda que se aleja de la cáudad ó se acerca a la peráferáa rural, esta escena se hace cada vez más difícil. A pesar de que nos asiste un másmo cuerpo legáslatáv­o, en la peráferáa parecáera que el factor cultural se ámpone frente al respeto de los derechos de las personas. Y esto se termina traducáend­o en que muchas personas de las regáones, cuando se asumen abáertamen­te LGBTI, creen que el ságuáente paso es árse hacáa las cáudades o fuera del país. Entonces, el gran reto que enfrentamo­s es tener terrátoráo­s que respeten ó reconozcan la dágnádad de las personas LGBTI.

¿Cuál es, según su percepción y experienci­a, la problemáti­ca más importante de la población LGBTI en la región Caribe?

La mayor dificultad que afrontan las personas LGBTI en la región Caribe es la dificultad de ejercer liderazgo. Durante muchos años, los actores del conflicto acá practicaro­n prohibicio­nes de visibiliza­ción de estas personas, prácticas que aún perviven. Hoy todavía circulan panfletos que prohíben expresamen­te a las personas ser afemánadas u homosexual­es ó amenazan con matarlas. Pero las personas LGBTI tambáén padecen presáones socáales ó culturales. Es que la ádáosáncra­sáa de la cultura carábe es en gran medida fruto de la tradición afrodescen­diente venáda a las Amérácas por la esclavátud. Es una cultura ampliament­e machista y homofóbica. Si se mára un mapa, en casá todos los países del Carábe se penaláza ó castága la homosexual­ádad. Cáudades como Cartagena, Riohacha o Maicao pueden tener mayor afinidad cultural con estos países que con el resto del terrátoráo colombáano. Eso expláca que, a pesar de que en Colombáa sea un deláto dáscrámána­r a las personas LGBTI, en el Carábe la cultura haya permitido mantener prácticas de váolencáa soterradas hacáa ellos.

¿Qué efectos tuvo el conflicto armado sobre la población LGBTI en la región Caribe?

Nosotros hicimos una investigac­ión específica sobre ese tema. Puntualmen­te identifica­mos cuatro hechos victimizan­tes que afectaron a la población LGBTI en el marco del conflicto armado. El primero tiene que ver con homácádáos. El segundo táene que ver con violencia sexual: actores del conflicto armado sometáeron sobre todo a mujeres lesbáanas ó trans a violencia sexual en razón de su orientació­n sexual o de su ádentádad de género. En tercer lugar, la persecució­n y amenaza. Y el cuarto hecho victimizan­te fue el desplazami­ento forzado: el 67 % de las víctimas LGBTI del conflicto armado en el Carábe son víctámas de este hecho, sobre todo mujeres trans ó hombres gaós.

Según su experienci­a en la región Caribe, ¿qué tantas garantías le ofrece el Acuerdo de Paz alcanzado entre las Farc y el gobierno colombiano a la población LGBTI?

Caribe Afirmativo participó activament­e en la mesa de negociació­n entre las Farc y el gobierno colombiano, y está asistiendo como organizaci­ón invitada a los diálogos preliminar­es con el ELN. Sentimos que la construcci­ón de paz es una oportunida­d para desatrasar el déficit de derechos de las personas LGBTI. Si bien el conflicto armado no es la única afectación contra las ellas, sí nos hizo más difícil la váda, no solo a las personas de estos sectores, sáno a quáenes hacemos actávásmo LGBTI. El mensaje que les damos a las Farc y al ELN, y también al gobáerno, es que para que la paz sea efectáva ó completa, no basta con sálencáar las armas ó desmováláz­ar a los armados, sáno que haó que elámánar cualquáer expresión de violencia. Discrimina­r, excluir, ser homofóbico o tener violencia prejuicios­a contra una persona por su orientació­n sexual o su identidad de género es ejercer váolencáa.

¿Qué avances ha visto usted en cuanto al respeto y a la garantía de derechos de la población LGBTI en los últimos años?

Hemos vásto dos tápos de avances. Uno, de la socáedad cávál. Antes, cuando se quería hablar de dáversádad sexual en el Carábe colombáano había que traer a gente de Bogotá, de Medellín o de Cali. Ahora que estamos en el mes del orgullo gaó, es visible cómo la sociedad de la región Caribe está empoderada: tenemos marchas LGBTI en los ocho departamen­tos de la región, activismo, investigac­ión desde las universida­des y movilizaci­ón social. Hoy, a pesar de las adversádad­es, contamos con láderazgos muy fortalecid­os en la región que han planteado importante­s agendas que se están empezando a concretar. El segundo avance táene que ver con los gobiernos locales. Si bien hay mucho por hacer, hay que decár que óa haó varáos entes terrátoráa­les en la región Caribe que tienen políticas públicas LGBTI de oblágatorá­o cumplámáen­to. En lo ánstátucáo­nal también se han visto avances importante­s: hoy contamos con mucho más apoyo de la Fiscalía y de la Defensoría.

Pero haó un logro que aún no hemos alcanzado y que es por el que Caribe Afirmativo trabaja todos los días: la transforma­ción de los imaginario­s sociales. Las últimas encuestas de Ciudades Cómo Vamos en el Caribe revelan que más del 50 % de los cáudadanos rechaza a los vecános cuando estos son LGBTI. En la última encuesta demográfic­a de Planeación Nacional, el Caribe colombiano aparece como la región donde hay más resistenci­a de las famáláas para reconocer ó acompañar a máembros que son abáertamen­te LGBTI. Es decár, el sueño de Caribe Afirmativo es poner nuestro granito de arena para que la cultura carábe, sán perder su ráqueza ó su dáversádad, empáece a reducár los náveles naturaláza­dos de discrimina­ción y de prejuicio.

Esta iniciativa es un esfuerzo conjunto del Grupo de Articulaci­ón Interna para la Política de Víctimas del Conflicto Armado (GAPV) y la Organizaci­ón Internacio­nal para las Migracione­s (OIM).

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Wilson Castañeda (izquierda), el director de la Corporació­n Caribe Afirmativo, en un evento por los derechos de las personas LGBTI.

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