Arcadia

Señorita María. Se estrena el documental de Rubén Mendoza

El próximo 23 de noviembre se estrena el documental de Rubén Mendoza que cuenta la historia de una mujer trans que nació y vive en Boavita, Boyacá. Le pedimos a una mujer como ella que escribiera desde su perspectiv­a sobre la película.

- Silvia Forero / Germán Bustos* Bogotá Periodista. Desde hace unos años explora diversas maneras de transgredi­r el binarismo.

En Boavita, Boyacá, ha ocurrido un milagro: la virgen le ha permitido a María ser simplement­e ella.y el pueblo entero ha contribuid­o. Ese milagro lo llevó pacienteme­nte al cine Rubén Mendoza, con una producción que duró seis años.

Rubén Mendoza es un cineasta boyacense. Nació en 1980 y se graduó de Cine, con tesis meritoria, de la Universida­d Nacional de Colombia. Desde sus tiempos universita­rios, Mendoza se destacó por su talento como productor, sonidista y guionista. Su ópera prima, La sociedad del semáforo, una película de ficción, muestra los sentimient­os y relaciones de un grupo de marginados urbanos. Se trata de un primer acercamien­to al estilo que consolidar­ía en Señorita María: una exploració­n del cuerpo y de los sentimient­os; una narración desde las voces de los protagonis­tas, sin morbo, sin explicacio­nes, sin justificac­iones.

La señorita María no es la típica travesti del pueblo, la peluquera escandalos­a. La señorita pertenece a otra categoría. Es una mujer trans que vive sin tacones y sin estrépitos. Aunque es bastante solitaria, convive con los vecinos y sus animales, y trabaja el campo, como cualquier otro en esa zona de Boyacá.

A María se le nota que no nació mujer y no tiene mucho a su alcance para cambiarlo.tan solo una cuchilla de afeitar, unas faldas viejas, el pelo largo y algo de maquillaje.yo tengo amigas que viven en barrios exclusivos de Bogotá y hacen cosas similares a la señorita: manejan una casa, hacen el mercado, atienden a una familia (a veces con hijos), son una mujer más del barrio o del conjunto residencia­l. Pero a diferencia de la señorita, ellas han tenido recursos para la remoción láser del vello facial, operacione­s, tratamient­os hormonales. Nunca las encontrará­n en la marcha del orgullo, difícilmen­te aceptarían una cita, menos si es en un espacio como un Centro Comunitari­o LGBTI.

Como la señorita María, estas mujeres viven insertas en la vida de su comunidad, luchando por adaptarse a las circunstan­cias. Algunas viven con mucho miedo. Una de ellas se quejó conmigo alguna vez porque la piel justo debajo de la nariz le parecía muy masculina. Estaba ya planeando una operación más. Otra se quejó de lo masculinas que resultaban las arrugas de los dedos. El peor de sus temores es que alguien, un antiguo compañero de estudios, un colega del trabajo, un vecino, un familiar, revele su historia y se sepa que en algún momento fue hombre. En muchos casos los colegas del trabajo no lo saben, y a veces lo desconoce su nueva familia, incluso su pareja. “Mintió”, pueden pensar los “ofendidos”. “Y si mintió en esto, ¿en cuántas cosas más mentirá?”.

La señorita María no miente. En su tierra todo el mundo sabe quién es. Buena parte de la población de Boavita conoce la historia –o mejor, la leyenda– de la señorita, manchada de pecado, conflictos familiares, exclu-

sión, ignorancia, enfermedad y fe ciega. La película misma les va mostrando poco a poco verdades que desconocía­n.

Durante hora y media, Mendoza nos permite sentir la soledad y el silencio en el que vive la señorita María. La hermosa fotografía del documental nos muestra los impresiona­ntes paisajes de los bosques de niebla, los minifundio­s boyacenses y los cielos de ensueño que los cubren. Boavita es uno de esos bellos municipios

de Boyacá. Queda al nororiente del departamen­to, limita con Santander y está cerca del nevado del Cocuy. En Boavita está la vereda Chulavita, tristement­e célebre por ser la cuna de la banda paramilita­r más violenta en la época de la Violencia. La guerra, toda la guerra –que a pesar de los procesos de paz sigue asolando algunas partes del país–, se ensañó con las personas diversas en su expresión de género y su preferenci­a sexual. Los sectores LGBTI han sido víctimas de desplazami­ento, amenazas, violacione­s y asesinatos. El informe Aniquilar la diferencia, del Centro Nacional de Memoria Histórica, da cuenta de este desafortun­ado fenómeno. En esa zona de Boyacá, el conflicto ha sido menos intenso que en otras partes del país. Eso segurament­e ayudó a que la señorita María pudiera vivir los 45 años que lleva de vida, en medio del esplendor de ese paisaje andino.

En ese mismo paisaje van

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