¿HUBO O NO PLAGIO?
La columnista Catalina Ruiz-navarro fue acusada de plagio luego de que el portal web Plagios.o.s. publicara los resultados del análisis de su tesis de pregrado, titulada El Caribe como territorio estético y minoritario. El informe de Plagios.o.s. revela que al menos 53 fragmentos de obras pertenecientes a reconocidos filósofos y escritores fueron copiados textualmente por Ruiz-navarro sin entrecomillado o referencia bibliográfica.
No es la primera vez que sucede. En 2013, se le acusó de lo mismo en las redes sociales porque una de sus columnas de El Espectador presentaba información sin citar (traducida por ella misma) de un texto de la socióloga Lisa Wade. A pesar de que Ruiz-navarro pidió excusas públicamente, y de que Wade publicara en su cuenta de Twitter que agradecía la aclaración, ese primer precedente puso en cuestión la autenticidad de sus textos.
Desde que se hizo público el incidente más reciente, el silencio de la Pontificia Universidad Javeriana (institución de la que Ruiz-navarro se graduó como filósofa en 2009 con la tesis en cuestión) es un agravante que da cabida a otro tipo de especulaciones. Por ejemplo, que en esta y otras universidades los evaluadores son poco rigurosos.
Catalina Ruiz-navarro se pronunció a través de sus redes. Afirmó que todo hace parte del marco teórico de su trabajo y que las denuncias realizadas de manera anónima son represalias tomadas por Plagios.o.s., que, según ella, también persiguió a otra estudiante de la Javeriana por algo similar.
Arcadia le envió a Ruiz-navarro algunas preguntas para conocer su versión del asunto, y esto fue lo que respondió en la primera de ellas: “Varios párrafos del marco teórico de mi tesis de pregrado de filosofía tienen problemas de citación, es decir, hay omisiones a ciertas referencias que debían ser citadas de manera específica. Plagiar a alguien es robarse la obra de otra persona y presentarla como propia, nunca he hecho, ni haré algo así. De lo que estamos hablando acá es de unas fallas –muchas– de citación que hay en mi tesis de pregrado, escrita hace 10 años”. Aunque Ruiz-navarro va a necesitar más que eso para defenderse de las pruebas que presentó el portal, que muestran al menos una falta de rigor académico, cabe la pregunta sobre por qué ahora –justo después de la polémica por la columna en la que acusó a Gabriel García Márquez de misógino a partir de una lectura errónea de su obra–, y por qué en un territorio tan hostil como las redes sociales salen a relucir estas acusaciones, que no son nuevas, pues la investigación de Plagios.o.s. está en marcha, por lo menos, desde agosto de este año.