“Este proyecto permite mostrar una imagen de país abierto”
Hablamos con Jamil Abou Assi, profesor e investigador libanés especialista en geopolítica de Oriente Próximo e inteligencia económica.
¿Están exagerando los medios de comunicación que critican el proyecto del Louvre Abu Dabi argumentando que se trata de un capricho de una monarquía acaudalada?
Todas las monarquías del Golfo tienen caprichos culturales que surgen de caprichos de príncipes, en lugar de formar parte de políticas culturales bien definidas. Ya sea Arabia Saudita, donde hay menos proyectos, o Catar y los Emiratos Árabes, estos proyectos culturales vienen de iniciativas de hombres de poder o de negocios.varios hombres de negocios cataríes compran obras para colgarlas en sus palacios o para mostrar una imagen de apertura de su dinastía o de su país. Pero no hay que dejarse engañar: este tipo de proyectos son destinados a complacer a Occidente. Bastaría con preguntar a los ciudadanos del emirato –el 80 por ciento son inmigrantes– si han tenido algún eco de la inauguración del museo Louvre Abu Dabi. La mayoría tendrá noticias por haber pasado su tiempo libre en los centros comerciales.
¿Cuál cree que es la lógica política y económica de Francia y de los Emiratos Árabes detrás de la inauguración del Louvre Abu Dabi?
En estos últimos años, Francia no deja de apuntar más allá de sus límites, creyendo todavía que es una gran potencia económica mundial. De paso pretende extender el uso del francés en una región que se americaniza cada vez más. Para los Emiratos, este proyecto permite mostrar una imagen de país abierto y cimentar con esto una mejor imagen del islam, aunque al final el país siga siendo cerrado y totalitario. Basta con ver el control que tiene sobre las redes sociales y las aplicaciones de comunicación como Whatsapp para darse cuenta hasta qué punto el país es una dictadura 2.0 que invierte masivamente en la industria de la vigilancia. Entonces hay una lógica más económica del lado francés.
¿Quién compró finalmente el Salvator Mundi de Leonardo Davinci? ¿Por qué no están todavía seguros de quién lo compró?
Esa historia sigue siendo muy oscura. La diplomacia emiratí persiste diciendo que el cuadro es propiedad del Louvre Abu Dabi, cuando en realidad la inteligencia online dice lo contrario. Parece que hay
una rivalidad entre el nuevo régimen saudí de Mohamed bin Salman y el poder de Abu Dabi para legitimarse como precursores de una nueva apertura hacia Occidente.además, el príncipe saudí Bader bin Abdullah, quien habría comprado el cuadro por 450 millones de dólares, según también The New York Times, es un aliado cercano del príncipe heredero bin Salman. Mohamed bin Salman busca probablemente imponerse a nivel regional como el verdadero jefe de las naciones del Golfo Pérsico, mostrarse abierto a Occidente y contrarrestar al tiempo la creciente influencia iraní en la región.
Los defensores del museo afirman que se trata de un proyecto universalista en un mundo cada vez más fragmentado. ¿Qué tan cierto es eso?
En mi concepto, estos son solo elementos de lenguaje que se vehiculan cada vez más en Oriente Próximo para mostrar la apertura en dicha región, cada vez más señalada como una región minada por el terrorismo islamista.a largo plazo, el museo podría aportar una renovación cultural y los Emiratos Árabes han desarrollado en este sentido varios proyectos, pero no nos engañemos: la censura y la autocensura de los artistas árabes estarán siempre presentes.