Contra el cambio climático
Walker es la directora científica de Xynteo, una firma que se dedica a asesorar a empresas multimillonarias en cómo llevar a cabo una transición verde manteniendo al mismo tiempo imprescindibles rendimientos económicos. Sus investigaciones demuestran que
Del calentamiento global a la histeria apocalíptica climática hay pocos pasos. Imágenes de grandes ciudades costeras inundadas, guerra perpetua, desplazamiento de millones de personas y océanos inertes son fáciles de conjurar ante las advertencias de los científicos que, desde hace más de treinta años, vienen anunciando la catástrofe por venir, a menos de que...
A menos de que salvemos la Amazonía de la deforestación, disminuyamos nuestros hábitos más consumistas y despilfarradores, y dejemos de reproducirnos a una tasa exponencial; los Republicanos y otros radicales de la extrema derecha se convenzan de una vez por todas de que el cambio climático es culpa de los seres humanos; los países en pleno desarrollo –como China, India y Brasil– decidan adoptar modelos energéticos alternativos y abandonen su deseo de tener carro-casa-y-beca al estilo norteamericano; logremos resolver el truco de almacenamiento de energía en baterías; se transformen radicalmente los mecanismos de producción energética, se desarrollen tecnologías para la captura de carbón... Y pensar que en la capital de este país el discurso político no da ni siquiera para hablar de la calidad del aire ni del río Bogotá.
Ante un reto de tal magnitud, la científica inglesa Gabrielle Walker ha adoptado la vía del optimismo y el pragmatismo. Walker, invitada a esta edición del Hay Festival en Cartagena, es doctora en Ciencias Naturales de Cambridge, y autora de varios libros sobre el medio ambiente, entre ellos The Hot Topic: What Can We Do About Global Warming [Tema candente: Lo que podemos hacer por el calentamiento global], escrito en 2008 en compañía de Sir David King, consejero científico del gobierno de Tony Blair. Este libro, escrito en un lenguaje sencillo y directo, ofrece una descripción científica y concreta del calentamiento global y brinda una serie de soluciones tecnológicas, políticas y económicas al problema.
Adicionalmente, Walker es directora científica de Xynteo, una firma consultora que se dedica a asesorar a empresas multimillonarias en cómo llevar a cabo una transición verde manteniendo al mismo tiempo imprescindibles rendimientos económicos. No es de extrañarse que su Twitter sea una colección de noticias, datos y citas que corroboran el hecho de que salvar el planeta sí es un buen negocio. En palabras del analista político mexicano Liébano Sáenz (retuiteadas por el expresidente Felipe Calderón), Gabrielle Walker es una “posibilista” y da el enfoque correcto en “Cambioclimático. Optimisto o Pesimismo es determinismo que paraliza”. Sin embargo, mantener el aliento y la buena cara en el panorama climático actual no es tan fácil. Al mal tiempo... Pues mala cara. A la fecha de la escritura de este artículo, la mitad de Estados Unidos arde en fuegos forestales y la otra mitad se congela por una oleada de frío ártico. Según el registro oficial de la NASA –que se puede consultar bajo el título de “Signos vitales”–, para diciembre de 2016 el aumento de la temperatura global alcanzó un grado centígrado, los glaciares se siguen derritiendo, el nivel del mar sigue en ascenso, al igual que la cantidad de gas carbono.
A pesar de que el Acuerdo de París es elogiado por muchos por haber logrado consenso político con respecto al calentamiento global, otros son más escépticos y afirman que el acuerdo de mantener la temperatura global por debajo de 1,5 grados centígrados carece de mecanismos reales para lograrlo. De hecho, según los detractores del Acuerdo de París, los compromisos fijados por los países firmantes (que casi nunca se cumplen, como es el caso de los adquiridos en el Protocolo de Kyoto en 1992) ya implican un incremento en la temperatura global de 3,5 grados centígrados en las próximas décadas.
Al oscuro panorama se suma la complejidad misma del problema. Como bien afirma el papa Francisco en la encíclica Laudato si’: “El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad”. Pero el problema climático no se puede ver únicamente desde una perspectiva ambiental, pues está completamente enraizado en la desigualdad y en un modelo económico basado en el crecimiento irrestricto, la explotación de los recursos
El problema climático no se puede ver solo desde una perspectiva ambiental: está enraizado en el modelo económico actual y la desigualdad que este genera.
naturales y el consumismo. De hecho, mientras un estadounidense produce en promedio 24 toneladas de gas carbónico al año, y un alemán 12 toneladas, un mexicano genera en promedio 5 toneladas y un ciudadano de la India 1,6 toneladas por año. Esta perspectiva más integral del problema climático ha hecho que el tema suscite pánico entre la ortodoxia capitalista. Libros como This Changes Everything de Naomi Klein, o Ecology and Socialism: Solutions to Capitalist Ecological Crisis de Chris Williams ponen en evidencia que si las leyes del mercado libre nos trajeron a este punto, es poco probable que esas mismas leyes nos saquen del atolladero.
Walker, en cambio, toma una posición pragmática que involucra al mercado y a las corporaciones en la búsqueda de soluciones al problema del cambio climático. En conversación con Chris Williams –quien considera que es imprudente confiar en las corporaciones y los Estados, principales responsables del cambio climático–, Walker mantiene un tono optimista, citando casos de multinacionales como Ikea y Unilever, que ya han logrado cambios y compromisos importantes con respecto al desarrollo sostenible desde el punto de vista económico. La autora también ve con optimismo la reducción de costos en las energías solares, los avances de empresas como Tesla en la producción de vehículos con baterías, los compromisos climáticos realizados por ciudades norteamericanas bajo el liderazgo de Michael Bloomberg (afamado millonario y exalcalde de Nueva York en tres ocasiones), así como el cambio de discurso público de otros líderes mundiales. “Me preguntan si el panorama es desolador. Yo digo que sí”, dice Walker. “¿Nos vamos a rendir? ¡No!”.