LA FOTO DE UN PAÍS
Hay imágenes que lo sintetizan todo: una toma única que cuenta una historia completa. En reportaría gráfica hay varias de esas que son míticas: la del miliciano anarquista español que cae herido, de Robert Capa, o la del niño africano asechado por un buitre, de Kevin Carter. Son muchas, y por lo general esas imágenes tienen pocos elementos visuales. Sobre ellos se concentra toda la atención del espectador, y por eso son tan potentes.
La foto sobre estas líneas no parecería ser una de ellas. Está llena de personajes y por lo menos tres acciones se desarrollan en simultánea. El ojo no sabe a dónde ir. Pero si se mira con detenimiento esta imagen, aparece una historia completa: una representación de nuestro país. La foto corresponde a un día de elecciones en Barranquilla, en 1971. Dos infantes de marina requisan al pueblo que se tuesta bajo el sol tratando de acceder a su derecho al voto. Mientras tanto, el oficial al mando mira toda la escena sin hacer mucho. En la primera fila está el clero.tras él se desprende una hilera de ciudadanos comunes y corrientes que, retrocediendo, parecen entrar a un bar. O quizás salen de él, aprestándose a votar luego de cambiar el voto por cerveza.
Esta es solo una interpretación de la foto. Habrá otra más optimista; una que hable de la democracia más estable de América Latina.